La única constante en la vida es el cambio. Sin embargo, eso no significa que nos acostumbremos a él o lo aceptemos por completo.
Aquí tienes 10 consejos para afrontar los grandes cambios en tu vida y salir mejor parado de ellos.
1. Reconoce que las cosas están cambiando.
A veces nos vemos tan atrapados en la lucha contra el cambio que posponemos realmente enfrentarnos a él. La negación es una fuerza poderosa, y nos protege de muchas maneras. Sin embargo, salir de ella y decirse a sí mismo: «Las cosas están cambiando, y está bien» puede ser menos estresante que posponerlo.
2. Darse cuenta de que incluso los buenos cambios pueden causar estrés.
A veces, cuando las personas pasan por un cambio de vida positivo, como graduarse o tener un bebé, siguen sintiendo una gran cantidad de estrés -o incluso miedo-. Tenga en cuenta que los cambios positivos pueden crear estrés al igual que los no tan positivos. El estrés es la forma que tiene el cuerpo de reaccionar al cambio. Está bien sentirse estresado incluso cuando ha ocurrido algo bueno; de hecho, es normal. (Si acaba de tener un bebé, hable con su médico para saber si puede estar experimentando una depresión posparto).
3. Mantenga su horario habitual en la medida de lo posible.
Cuantos más cambios se produzcan, más importante es mantener su horario habitual, en la medida de lo posible. Tener algunas cosas que se mantienen igual, como sacar a pasear al perro cada mañana a las 8, nos da un ancla. Un ancla es un recordatorio de que algunas cosas siguen siendo las mismas, y le da a tu cerebro un poco de descanso. A veces, cuando estás pasando por muchos cambios, te ayuda escribir tu rutina y marcarla a medida que avanzas. Es una cosa menos que tu cerebro tiene que retener dentro.
4. Intenta comer lo más sano posible.
Cuando se produce un cambio, muchos de nosotros tendemos a buscar carbohidratos: pan, magdalenas, pasteles, etc. Esto puede deberse a que comer carbohidratos aumenta la serotonina, una sustancia química del cerebro que puede estar algo agotada cuando se experimenta un cambio (estrés). Está bien calmarse con alimentos reconfortantes, pero con moderación. Una forma de hacer un seguimiento de lo que come es anotarlo. Puede hacerlo en un cuaderno o utilizar una aplicación. Cuando ves lo que estás comiendo, te hace dar un paso atrás y pensar si quieres comerte esa segunda magdalena o no. (Si tienes un historial de trastornos alimentarios, no es recomendable que escribas lo que estás comiendo). Fíjese también en si está exepriendo un mayor uso de alcohol u otras sustancias; su consumo puede aparecer sigilosamente cuando está bajo estrés.
5. Haz ejercicio.
Mantener el ejercicio regular podría ser una parte del consejo de «mantener tu horario regular». Si el ejercicio no forma parte actualmente de tu rutina, intenta añadirlo. Se ha comprobado que hacer ejercicio de dos a tres veces por semana disminuye significativamente los síntomas de la depresión (Barclay, et al. 2014.) Incluso el simple hecho de dar una vuelta a la manzana puede ayudarte a sentirte mejor. (Consulte a su médico antes de comenzar un programa de ejercicios). Recuerde, no tiene que tener ganas de hacer ejercicio; simplemente salga y muévase. Descubrirá que muchas veces su motivación surgirá mientras está activo.
6. Busque apoyo.
Nadie va solo por la vida. Está bien pedir ayuda; es una señal de que te conoces lo suficientemente bien como para darte cuenta de que necesitas algo de ayuda. Piensa en tus amigos o familiares de confianza. Lo más probable es que estén encantados de ayudarte si necesitas que cuiden de tus hijos mientras haces algún recado, o si simplemente necesitas un rato a solas. Puede que haya algún vecino que te haya pedido ayuda en el pasado; ahora quizá puedas pedírsela a él. Aplicaciones como NextDoor han sido útiles para poner en contacto a los vecinos. Si estás pensando en hacerte daño o suicidarte, ponte en contacto con la Línea de Vida para la Prevención del Suicidio en línea o en el 1-800-273-8255.
7. Escriba los aspectos positivos que le ha aportado este cambio.
Quizás debido a este cambio en su vida ha conocido a gente nueva. Tal vez empezaste a practicar hábitos más saludables. Tal vez te volviste más activo políticamente. Tal vez te volviste más asertivo. Tal vez el cambio te haya ayudado a priorizar lo que es más importante en tu vida. El cambio nos presenta la oportunidad de crecer, y es importante reconocer cómo las cosas han mejorado como resultado.
8. Sé proactivo.
Ser proactivo significa hacerse cargo y trabajar de forma preventiva. Esto significa que usted averigua qué medidas debe tomar antes de que algo suceda. Ser reactivo significa que esperas hasta que algo ha sucedido y entonces tomas medidas. Ser proactivo significa concertar una cita con el médico para un examen físico porque sabes que se avecina algo estresante y quieres asegurarte de que gozas de buena salud. Significa volverse activo con grupos que te ayudan a darte cuenta de que puedes tener un impacto positivo en el mundo.
9. Desahóguese, pero hasta cierto punto.
Tener un grupo de apoyo con el que pueda desahogarse puede ser útil-hasta cierto punto. Si usted y su grupo de apoyo sólo se desahogan, ese sentimiento de frustración puede ser contagioso. Intente orientar la conversación hacia la acción: ¿Qué puedes hacer para mejorar las cosas? Cuando las personas hacen una lluvia de ideas juntas, su creatividad y esperanza también pueden ser contagiosas.
10. Aléjate de las redes sociales.
Cuando pasas por un cambio, puedes gravitar hacia las redes sociales -quizás publicando a tus amigos en Facebook lo que está pasando en tu vida-. En primer lugar, asegúrese de estar en un estado de calma cuando publique y tenga en cuenta que lo que publique nunca desaparece realmente. Además, si comparas tu vida con la de tus amigos en las redes sociales, recuerda que la mayoría de las personas publican sólo el «carrete» de sus vidas, no los momentos estresantes. Esto puede darte una visión sesgada de que la vida de los demás va bien. Todo el mundo tiene batallas que librar, sólo que son batallas diferentes con personas diferentes. Aléjate de las redes sociales si estás empezando a comparar tu vida con la de los demás.
Y por último, date un respiro. En un momento de cambio, puedes sentirte un poco fuera de control. Puede que sientas que no estás cumpliendo con las expectativas que tienes de ti mismo. Recuerde que puede hacer menos de lo que es humanamente posible. Nada dice que tengas que funcionar al 100% todo el tiempo. La gente comete errores: es una de las grandes cosas del ser humano. Lo que realmente cuenta es aprender de los errores. Piénsalo así: No hay errores, sólo buenas historias para después. Intenta incorporar más risas y diversión a tu vida. Reírse aumenta la dopamina, la serotonina y las endorfinas, y eso te hace sentir bien (Yim, 2016). Reír también disminuye el cortisol, una hormona que produce estrés (Yim, 2016.)