Escisión meroblástica
En los huevos que contienen una gran cantidad de yema, la citocinesis no divide el huevo completamente.
El huevo de gallina está formado sólo por una pequeña mancha de citoplasma que descansa sobre la superficie de una gran bola de yema (la «clara» del huevo es una proteína accesoria no celular). Cuando se producen las primeras escisiones en el huevo de gallina, los surcos de escisión no continúan hacia abajo a través de la masa de yema. Por lo tanto, cada una de las células producidas en los primeros estadios está unida en la parte superior y en los laterales por una membrana plasmática, pero la parte inferior de la célula está en contacto directo con la yema.
Este tipo de escisión meroblástica también se encuentra en los huevos de peces, reptiles y 4 especies de mamíferos: los monotremas. Esta foto, cortesía de H. W. Beames y Richard G. Kessel, muestra el embrión del pez cebra (Danio) en la fase de 32 células. Obsérvese que los surcos de clivaje no han continuado hasta la yema del huevo.
Los insectos utilizan un tipo diferente de clivaje meroblástico.
La yema de los huevos de los insectos se concentra en el centro del huevo. Los núcleos hijos producidos por la mitosis del núcleo del cigoto permanecen suspendidos dentro del compartimento único del huevo. Una vez producidos varios miles de núcleos, éstos migran hacia el margen del huevo, rico en citoplasma. Sólo entonces se forma una membrana plasmática alrededor de cada uno.
¿Qué consigue la escisión en el desarrollo del organismo? En primer lugar, proporciona una reserva de células con las que se construirá el embrión. En segundo lugar, la escisión establece una relación normal entre el núcleo y el volumen de citoplasma que regula (y que a su vez lo regula). Incluso los huevos pequeños son enormes en comparación con otros tipos de células. El volumen del huevo de rana es aproximadamente 1,6 millones de veces mayor que el de una célula de rana normal. Pero también contiene un solo núcleo. Durante la escisión, se producen miles de nuevos núcleos por mitosis, todos los cuales acaban formando una célula de dimensiones normales. La blástula de la rana, con sus miles de células, no es más grande que el óvulo fecundado original.