Tripanosomas
Trypanosoma brucei, el parásito responsable de la enfermedad del sueño africana, confunde al sistema inmunitario humano cambiando su gruesa capa de glicoproteínas de superficie en cada ciclo infeccioso. Las glicoproteínas son identificadas por el sistema inmunitario como antígenos extraños y se monta una defensa de anticuerpos específicos contra el parásito. Sin embargo, T. brucei tiene miles de antígenos posibles; con cada generación posterior, el protista cambia a un recubrimiento de glicoproteínas de una estructura molecular diferente. De este modo, T. brucei es capaz de replicarse continuamente sin que el sistema inmunitario consiga nunca eliminar el parásito. Sin tratamiento, T. brucei ataca a los glóbulos rojos, lo que hace que el paciente entre en coma y acabe muriendo. Durante los periodos epidémicos, la mortalidad de la enfermedad puede ser elevada. El aumento de la vigilancia y las medidas de control hacen que se reduzcan los casos declarados; desde 2009 se han registrado algunas de las cifras más bajas de los últimos 50 años (menos de 10.000 casos en toda el África subsahariana).
En América Latina, otra especie, T. cruzi, es responsable de la enfermedad de Chagas. Las infecciones por T. cruzi son causadas principalmente por un bicho chupasangre. El parásito habita en los tejidos del corazón y del sistema digestivo en la fase crónica de la infección, lo que provoca desnutrición e insuficiencia cardíaca debido a ritmos cardíacos anormales. Se calcula que 10 millones de personas están infectadas por la enfermedad de Chagas, que causó 10.000 muertes en 2008.