¿Ha experimentado alguna vez que la habitación dé vueltas, que se sienta mareado cuando se levanta demasiado rápido o que tenga la sensación de no poder mantener el equilibrio?
La mayoría de nosotros hemos experimentado esto en algún momento.
Algunos lo llaman mareo -que suele describirse como aturdimiento- pero también se denomina vértigo -más bien una sensación de que la habitación da vueltas-. Tanto el mareo como el vértigo son síntomas causados por una enfermedad subyacente. A veces esta condición puede ser tratada y otras veces nuestro cuerpo debe habituarse a la sensación para que ésta no sea tan fuerte.
Sea cual sea la razón real de sus síntomas (traumatismo craneal, depósitos en el oído interno, derrame cerebral o inducido por medicamentos) hace que sus sentidos le digan a su cerebro que su cuerpo está desequilibrado – incluso cuando no lo está.
A veces un episodio de vértigo sólo ocurre una vez y dura poco, pero otras veces se repite o dura días. Si no se atiende, esto empieza a perturbar seriamente su vida. En este caso, hay algunas cosas que puedes hacer para que la habitación deje de dar vueltas.
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Mantenerse hidratado
Mantenerse hidratado ayuda a prevenir o minimizar los mareos, ya que la deshidratación puede desencadenar los síntomas. Cuando no tomamos suficientes líquidos, nuestro volumen sanguíneo disminuye, bajando nuestra presión arterial y haciéndonos sentir mareados.
Puedes aumentar tu volumen sanguíneo simplemente bebiendo más agua: de 8 a 12 vasos al día. Y no esperes a tener sed porque en ese momento tu cuerpo ya está ligeramente deshidratado.
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Bebe un poco de té
¿Sabías que beber té de raíz de jengibre puede ayudar con los mareos, las náuseas y el vértigo? Puedes comprar bolsitas de té o simplemente remojar la raíz de jengibre en una taza de agua hirviendo durante 5 minutos (puede que necesites añadir algo dulce para cortar el amargor).
Un reciente estudio de investigación confirmó la eficacia de este antiguo remedio. Creen que se debe a que la raíz de jengibre mejora el flujo sanguíneo al cerebro. Se pueden conseguir efectos similares con un puñado de almendras o unas onzas de vinagre de sidra de manzana.
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Enfócate en algo fijo
Cuando sientas que los síntomas aparecen, trata de encontrar un lugar para sentarte si estás de pie o algo robusto donde apoyarte. Sea cual sea la posición en la que te encuentres, deja lo que estés haciendo y busca un objeto fijo en el que concentrarte.
Al hacer esto ayudarás a que tu presión arterial se normalice y a que tu sistema sensorial (tus ojos y oídos internos) no te jueguen una mala pasada. Recuerda que son los sentidos los que envían la señal a tu cerebro de que estás desequilibrado.
¿Sabías que los fisioterapeutas están capacitados para tratar los mareos, el vértigo y los posteriores problemas de equilibrio? Tienen varias herramientas en su «caja de habilidades» para abordar estas condiciones. Dependiendo de su problema único, esto puede incluir .
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Realizar una maniobra posicional para mover los cristales de su oído interno (el tratamiento más probable si tiene VPPB – vértigo posicional paroxístico benigno)
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Entrenar a su cerebro para que «corrija» los errores que está recibiendo (esto es crítico si tiene una condición neurológica neurológica o una lesión en la cabeza)
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Guiarte en actividades para mejorar tu capacidad de enfocar los ojos y la visión
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Trabajar a través de ejercicios para mejorar su equilibrio
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Enseñarle ejercicios para desensibilizar sus sistemas sensoriales (llamado habituación)
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