3 maneras de bajar el ritmo cuando estásnervioso – Jennifer Hennings, Executive Public Speaking Coach

Si hablar en público te pone nervioso, quizá te hayas encontrado hablando así:

«Hola, soy Jennifer y estoy aquí para hablar de hablar en público y tengo tres puntos que hacer…»

Cuando estás ansioso o emocionado, es fácil hablar demasiado rápido.

Este tema me toca de cerca: He luchado toda mi vida con hablar rápido, al igual que muchos de mis clientes.

Es un problema común y difícil de resolver. Pero al final de este artículo, sabrás cómo bajar el ritmo para poder conectar con tu audiencia y darles una mayor sensación de credibilidad y confianza.

El primer paso para averiguar tu ritmo es conocer tu línea de base. Tienes que averiguar: ¿Qué tan malo es, realmente? ¿Cómo de rápido estás hablando realmente?

Para ello, grábate en vídeo o audio mientras haces una presentación.

Puedes grabar una sesión de práctica o, mejor aún, grabarte haciendo una presentación real en el trabajo.

Luego escúchala para ver cómo te presentas ante el público. A menudo hay un desfase entre cómo creemos que nos vemos y sonamos y cómo nos vemos y sonamos en realidad.

Paso 2: Añade PEP a tu charla.

Una vez que conozcas tu línea de base, es el momento de añadir PEP a tu presentación: Comprobar el ritmo, la enunciación y las pausas.

Comprobar el ritmo:

Aprende a interiorizar cómo suena un buen ritmo y cómo se siente en tu cuerpo.

Ahora, esto es un poco difícil de entender. Para mí, lo que he descubierto es que cuando siento que estoy hablando a un gran ritmo, estoy yendo demasiado rápido.

Pero cuando hago una comprobación del ritmo y siento que mis palabras están rezumando, como la miel rezumando lentamente de un tarro, es cuando realmente estoy hablando a un buen ritmo.

Cuando estoy presentando, de vez en cuando me paro y me pregunto:

¿Se siente mi ritmo como miel que rezuma?

Si es así, sé que lo estoy haciendo bien.

Así que utiliza tu vídeo y tu audio para averiguar tu control de ritmo. Hazte una idea de cómo se siente un buen ritmo en tu cuerpo para que puedas usar un control de ritmo cuando estés presentando.

Enunciación:

Enunciación significa que estás pronunciando claramente cada sílaba de cada palabra.

Esto es lo que ocurre cuando estás nervioso y con prisas: es fácil coger una frase como «customer engagement strategy» y difuminarla para que se convierta en «customerengagementstrategy.»

En lugar de apresurarte con tus frases clave, quiero que las imagines en negrita y en cursiva.

Esa es tu señal para ir más despacio y enunciar cada sílaba.

Así que tu «customerengagementstrategy» se convierte en tu

«customer…engagement…strategy».

Deja espacio entre sílabas y dale un respiro a cada palabra.

Pausas:

La segunda P de PEP es la Pausa, que puede ser difícil para los que nos ponemos nerviosos.

En lugar de precipitarte de una idea a la siguiente, deja que haya un momento de silencio cuando pases de una idea a otra.

Un lugar natural para hacer esto es si estás presentando con diapositivas: Cada vez que cambies de diapositiva, haz una pausa y respira profundamente.

Esta pausa es importante por dos razones: Una, es una oportunidad para que hagas tu comprobación de ritmo y reajustes tu ritmo. Dos, es una oportunidad para que la gente digiera lo que estás diciendo.

Recuerda que has escuchado este material un millón de veces mientras practicabas, pero tu audiencia está escuchando tu charla por primera vez.

Tus oyentes necesitan pausas para procesar toda esta nueva información.

Así que cuando tengas prisa, añade PEP: control del ritmo, enunciación y pausas.

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