Mary cree que puede tener una infección de vejiga. Llama a su médico y consigue una cita para ir y dar una muestra de orina. Efectivamente, se trata de una infección de la vejiga. El médico le receta un antibiótico para la infección. María va a la farmacia, rellena la receta y, mientras conduce a casa, empieza a pensar en las preguntas que debería haber hecho a su médico sobre el antibiótico.
Este escenario ha pasado por la mente de muchos pacientes. Cuáles son los efectos secundarios del antibiótico? Cuánto tardaré en sentirme mejor? Qué pasa si no me siento mejor después de 4 o 5 días? ¿Cuándo debo llamar a mi médico? ¿Debería preocuparme por una erupción u otros efectos secundarios que se desarrollen mientras tomo el antibiótico?
Antibióticos 101
Los antibióticos son una clase de medicamentos que tratan las infecciones bacterianas deteniendo el crecimiento de las bacterias o matándolas directamente. Es importante recordar que los antibióticos no son eficaces para tratar las infecciones causadas por virus, que incluyen la mayoría de los resfriados, los dolores de garganta (con la excepción de los inducidos por estreptococos, o la llamada «garganta estreptocócica»), la tos y las enfermedades similares a la gripe.
De hecho, tomar antibióticos cuando no son realmente necesarios no acelerará su recuperación e incluso puede contribuir a un problema conocido como resistencia a los antibióticos. La resistencia a los antibióticos se refiere a la capacidad de muchas bacterias de hacerse resistentes a un determinado antibiótico, de modo que éste deja de ser eficaz contra dichas bacterias. Se sabe que el creciente uso de antibióticos cuando realmente no son necesarios ha contribuido a este problema y ha llevado a la evolución de muchas cepas bacterianas que ya no responden al tratamiento con antibióticos comunes.
La evolución de las cepas de Staphylococcus aureus resistentes a los antibióticos ha recibido mucha atención en los últimos años, y ha surgido una nueva cepa de la bacteria Clostridium difficile, que puede causar enfermedades intestinales en personas que toman antibióticos para otras afecciones, que es mucho más difícil de tratar y está asociada a una mayor tasa de mortalidad.