Los antidepresivos tradicionales se consideran «experimentales» para tratar la depresión bipolar en el sentido de que ninguno ha demostrado ser más eficaz que un placebo (píldora de azúcar) en el trastorno bipolar I. Si se toman solos, algunos pueden en realidad empeorar los síntomas del trastorno bipolar o desencadenar un episodio maníaco. Los estudios también han demostrado que pueden no proporcionar un beneficio adicional para la depresión bipolar si se toman junto con un estabilizador del estado de ánimo como el litio o el Depakote. No obstante, su médico puede recetar antidepresivos más nuevos conocidos como ISRS (inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina) para tratar la depresión en el trastorno bipolar, junto con litio u otros fármacos estabilizadores del estado de ánimo como valproato, carbamazepina o un antipsicótico atípico.
Si y cuando un antidepresivo es eficaz para alguien con depresión bipolar, se cree que el medicamento actúa potenciando el funcionamiento de las células nerviosas del cerebro que se comunican a través de la sustancia química (neurotransmisor) serotonina.
Esta clase de antidepresivos incluye:
- citalopram (Celexa)
- escitalopram (Lexapro)
- fluoxetina (Prozac)
- fluvoxamina (Luvox)
- paroxetina (Paxil)
- sertralina(Zoloft)
Vilazodona (Viibryd) y vortioxetina (Trintellix, antes llamado Brintellix) son dos antidepresivos más recientes que afectan al transportador de serotonina así como a otros receptores de serotonina en el cerebro.
La mayoría de los antidepresivos tardan varias semanas en empezar a funcionar. Aunque el primero que se prescribe funciona en la mayoría de las personas, otras pueden necesitar probar dos o tres para encontrar el adecuado. El médico también puede recetar un sedante para ayudar a aliviar la ansiedad, la agitación o los problemas de sueño mientras el antidepresivo empieza a hacer efecto.