Tres de cada diez estadounidenses tienen un tatuaje, y las generaciones más jóvenes son más propensas que nunca a hacerse uno. Muchos supervivientes de cáncer se hacen tatuajes para ilustrar su viaje, y los tatuajes cosméticos y los tatuajes decorativos en los pezones tras las reconstrucciones mamarias pueden ayudar a las personas a aceptar sus cuerpos después del cáncer. Pero, ¿y si estos símbolos de esperanza están en realidad relacionados con un mayor riesgo de provocar cáncer?
Tinta en los ganglios linfáticos
Se ha investigado muy poco sobre las tintas de los tatuajes, pero los médicos han observado que las personas tatuadas tienen los ganglios linfáticos coloreados. Los ganglios linfáticos actúan como un filtro para el cuerpo y son importantes para el funcionamiento saludable del sistema inmunológico. Las pruebas circunstanciales también sugieren que los pigmentos de las tintas de los tatuajes, tanto orgánicos como inorgánicos, viajan por el cuerpo y tienen el potencial de causar daños. Los estudios realizados en ratones han revelado que los depósitos en los ganglios linfáticos no suponen un problema para la salud, aunque puede que no sea así en el caso de los humanos. El mero hecho de vivir más tiempo que los ratones puede provocar problemas de salud si los depósitos de tinta se acumulan en el cuerpo y causan un problema a largo plazo. Sin embargo, es importante tener en cuenta que actualmente no hay pruebas sólidas que demuestren que las tintas de los tatuajes estén directamente relacionadas con un mayor riesgo de cáncer.
Se necesita una regulación de las tintas de los tatuajes
La industria de los tatuajes ha estado en gran medida sin control, pero ahora que está creciendo y los tatuajes son cada vez más populares, se necesita una regulación, en particular de las tintas. Las investigaciones demuestran que las tintas contienen una amplia gama de productos químicos y metales pesados, algunos de los cuales pueden ser tóxicos. Algunos elementos incluidos son el titanio, el aluminio, el níquel y el cromo, junto con otros metales. Se sabe que algunos de estos metales, junto con los conservantes, portadores y contaminantes de las tintas para tatuajes, son tóxicos y pueden provocar cáncer. Además, una investigación del gobierno australiano ha descubierto que el 22% de todas las tintas que analizaron contenían compuestos químicos que se sabe que causan cáncer. Por lo tanto, elegir la tinta adecuada puede marcar una gran diferencia, y los tatuajes de henna también pueden ser una buena opción para algunas personas.
La conclusión
Aunque se han encontrado algunos vínculos entre el cáncer y las tintas de los tatuajes, las pruebas son en gran medida circunstanciales. Como paciente de cáncer, hacerse un tatuaje puede ser empoderador y un símbolo de terminar o comenzar un nuevo capítulo en su vida. Los tatuajes de senos y pezones después de las mastectomías también están creciendo en popularidad, y ayudan a las mujeres que se han sometido a una cirugía reconstructiva de senos a sentirse empoderadas y a tener un seno de aspecto más natural, lo que puede ayudarlas a aceptar su viaje y seguir adelante con sus vidas.
Conocer los riesgos potenciales es siempre una buena idea pero, según las investigaciones actuales, el riesgo es bajo. Hacerse tatuajes con profesionales que tengan buena reputación y vengan recomendados por otros es siempre una buena idea. Preguntar al artista sobre las tintas que utiliza puede ayudarle a investigar por su cuenta las marcas específicas y a tomar una decisión informada.
Los tatuajes han llegado para quedarse y, aunque actualmente no hay pruebas sólidas que sugieran que aumenten el riesgo de cáncer, hay pocas razones para preocuparse. Los tatuajes simbólicos, decorativos y cosméticos pueden ayudar a la gente a sanar mentalmente después del cáncer, así que no hay razón para que la gente deje de usarlos.