Autofecundación en humanos: Tener un embrión masculino sin padre

Las quimeras son el resultado de la fusión de dos cigotos para formar un único embrión, produciendo un individuo con tipos de tejidos genéticamente diferentes. Si los cigotos fusionados son de distinto sexo, el individuo desarrolla tanto tejidos ováricos como testiculares. La mayoría de estas personas se crían mejor como hembras y se han registrado muchos embarazos con descendencia viva en personas criadas como hembras, y en varios casos se ha engendrado un hijo. Durante la ovulación, se produce una presión negativa en el lumen del oviducto y se produce un efecto de vacío que ha hecho posible varios embarazos en sujetos que carecen de ovario ipsilateral al permitir la migración transperitoneal de ovocitos desde la gónada contralateral. La autofecundación se ha señalado en muchas plantas con flores, en una especie de pez y en un caso de conejo. Tienen tanto óvulos como espermatozoides en su cuerpo y en la fecundación, un espermatozoide se fusiona con el ovocito para formar un embrión. La autofecundación también puede producirse en el ser humano. Aquí se presenta un escenario para que una mujer tenga un hijo sin padre: es una quimera de tipo 46,XX/46,XY resultante de la fusión de dos cigotos de distinto tipo de sexo y desarrolla tanto ovarios como testículos en su cuerpo. Dado que las células XX tienden a reunirse en el lado izquierdo mientras que las XY en el derecho, desarrolla un ovario en el lado izquierdo con un oviducto y un testículo en el lado derecho situado en posición ovárica sin conducto. La regresión del conducto mülleriano en el lado derecho está mediada por la hormona antimülleriana derivada del testículo ipsilateral y la testosterona secretada por las células de Leydig no impide la regresión del conducto de Wolff. Por lo tanto, ni el oviducto ni el epidídimo ni el conducto deferente están presentes junto al testículo del lado derecho, y los lúmenes de un testículo rete bien desarrollado tienen un acceso abierto a la cavidad abdominal que permite que los espermatozoides sean recogidos por el oviducto contralateral. Ambas gónadas son funcionales y producen espermatozoides y ovocitos respectivamente después de la pubertad. En el momento de la ovulación, los estrógenos aumentan la motilidad del oviducto del lado izquierdo, lo que da lugar a una presión negativa en la trompa y los ovocitos y espermatozoides son recogidos en la trompa con la ayuda de este efecto de vacío, llevando ambos gametos al lugar de fecundación en el oviducto. Como el espermatozoide contiene un cromosoma Y, esta fecundación da lugar a un embrión masculino XY.

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