Bastet, también conocida como Bast, era una antigua diosa egipcia que originalmente tenía la función de proteger a los faraones. Los habitantes del bajo Nilo representaban a Bastet como una deidad salvaje con cabeza de león. Después del año 1000 a.C., los egipcios cambiaron su imagen por el cuerpo de una mujer y la cabeza de un gato domesticado. Junto con su cambio de apariencia, también se transformó en una deidad pacífica y accesible. En lugar de proteger a los faraones, Bastet pasó a ser una criadora y protectora de todos los hogares. Las familias pronto empezaron a invitar a los gatos a entrar en sus casas, pensando que traían consigo el espíritu de Bastet. Adoraban a estos gatos porque también cazaban ratones, serpientes y otras plagas que arruinaban sus cosechas y sus productos perecederos. El papel de Bastet como diosa se modificó aún más cuando adquirió el rasgo de la fertilidad. Las mujeres compraban colgantes con Bastet y múltiples gatitos para mejorar su fertilidad.1
Las estatuas y representaciones de Bastet varían. Se transforma en una bestia con cabeza de león femenino, en una mujer con cabeza de gato, en una gata negra normal con gatitos que a veces sostiene un sonajero. Algunos pensaban que el sonajero era en realidad un instrumento musical llamado sistrum. Por ello, Bastet se asoció también con la música y la danza. Poco después de que se añadiera el sistrum a la imagen de Bastet, los egipcios utilizaban el instrumento en los festivales en los que adoraban a Bastet. Luego, Bastet fue representada con un vestido decorativo, llevando el sistrum en su mano derecha y un escudo en la izquierda, con una bolsa sobre su brazo.2
Los egipcios tenían una explicación de por qué se transformó de una bestia salvaje a una diosa de la fertilidad y la música. Bastet era hija de Ra, el dios del sol que era vengativo. De él obtuvo su agresividad. Su madre es desconocida, pero los egipcios sospechan que Ra envió a la joven Bastet a Nubia como leona aislada. Allí pudo dar rienda suelta a su rabia, y luego volver a Egipto como una gata dócil. Más tarde, un rey desconocido proclamó que Bastet era su madre. Las mujeres egipcias creyeron entonces que adorarla les proporcionaría muchos hijos, ya que las gatas domésticas solían tener hasta doce gatitos; y uno de sus hijos se convirtió en rey. Los expertos creen que el sonajero del bebé se interpretó erróneamente como un sistrum, lo que hizo que se la conociera como una diosa de la música y la danza.3
En las representaciones de las guerras en las paredes de los palacios, se la representaba como un león, y en los hogares era un gato. Aunque Bastet era una diosa con muchos rasgos, eso no era tan raro. En el antiguo Egipto, los dioses y diosas solían tener más de un propósito. Junto con sus rasgos más comunes, también se la consideraba la diosa del sol, que heredó de su padre, así como la diosa del placer físico. Incluso se creía que si un gato corría a través de un fuego, éste se apagaba; por lo tanto, se convirtió en la deidad de los bomberos.4
Es innegable que Bastet era muy respetada. Los expertos aún no pueden determinar cuándo empezaron los egipcios a adorarla, así como cuándo desapareció su presencia. Se han descubierto muchas estatuas de Bastet y gatos momificados a lo largo del bajo Nilo, lo que ha llevado a los expertos a creer que allí se celebraban festivales en su honor y los lugareños la adoraban en grado sumo. Aunque tenía muchas funciones, es más conocida como la diosa de la protección.5
«Su tótem animal de ónix negro
erguido sobre sus ancas aplomado y consciente
trae en un sueño que podría aprender
los gatos son gatos y los dioses- rajade ojos al sol
en la oscuridad con el iris dilatado ve
protector espero aunque a veces en la noche
me tenso ante su salvaje grito amoroso…»
-Bastet 6
- La Enciclopedia Salem Press, 2o16, s.v. «Bastet (diety)», por Latha Iyer. ↵
- Kathryn Razavi, «The Lioness and the Kittycat: Egypt’s Great Feline Goddess» (Tesis de licenciatura con honores, Universidad de Colorado, 2013), 20-25. ↵
- Nora Scott, «The Cat of Bastet», The Metropolitan Museum of Art Bulletin, 1 (1958): 1. ↵
- Kathryn Razavi, «The Lioness and the Kittycat: Egypt’s Great Feline Goddess» (Tesis de licenciatura con honores, Universidad de Colorado, 2013), 23. ↵
- Enciclopedia Salem Press, 2o16, s.v. «Bastet (diety)», por Latha Iyer. ↵
- Phyllis Stowell, «Bastet», Psychological Perspectives 56, no. 3 (2013): 362-364. ↵