Betún, hidrocarburo denso y muy viscoso a base de petróleo que se encuentra en depósitos como las arenas bituminosas y los lagos de brea (betún natural) o se obtiene como residuo de la destilación del petróleo crudo (betún refinado). En algunas zonas, sobre todo en Estados Unidos, el betún se llama a menudo asfalto, aunque ese nombre se utiliza casi universalmente para el material de pavimentación de carreteras hecho de una mezcla de grava, arena y otros rellenos en un aglutinante bituminoso. El betún también suele llamarse alquitrán o brea, aunque, propiamente hablando, el alquitrán es un subproducto de la carbonización del carbón y la brea se obtiene realmente de la destilación del alquitrán de hulla.
El betún es definido por el Servicio Geológico de los Estados Unidos como un aceite extrapesado con una gravedad API inferior a 10° y una viscosidad superior a 10.000 centipoise. A las temperaturas habituales de los yacimientos naturales, el betún no fluye; para poder desplazarse por una tubería, debe calentarse y, en algunos casos, diluirse con un petróleo más ligero. Su densidad y viscosidad se deben a su composición química, principalmente a las grandes moléculas de hidrocarburos conocidas como asfaltenos y resinas, que están presentes en los petróleos más ligeros pero están muy concentradas en el betún. Además, el betún suele tener un alto contenido de metales, como el níquel y el vanadio, y de elementos inorgánicos no metálicos, como el nitrógeno, el oxígeno y el azufre. Dependiendo del uso que se le dé al betún, estos elementos pueden ser contaminantes que tienen que ser eliminados del producto final. La mayor parte del betún refinado se utiliza en el asfalto para pavimentación y en las tejas, al igual que una gran cantidad de betún natural. Sin embargo, la mayor parte del betún extraído de las arenas bituminosas de Canadá se transforma en petróleo crudo sintético y se envía a las refinerías para su conversión en toda una gama de productos petrolíferos, incluida la gasolina.