El 22 de agosto de 1962, el presidente de Francia Charles de Gaulle sobrevive a uno de los varios intentos de asesinato contra él gracias al rendimiento superior del automóvil presidencial: El elegante y aerodinámico Citroen DS 19, conocido como «La Deesse» (La Diosa).
Cuando el Citroen DS hizo su sensacional debut en el Salón del Automóvil de París de 1955, su forma aerodinámica y discreta destacaba entre los coches con aletas de cola y cubiertos de cromo populares en aquella época. Lejos del famoso 2CV de Citroën (apodado el «patito feo»), el DS tenía un motor de 1,9 litros y sistemas de cambio, embrague, dirección y freno asistidos. Sin embargo, su punto culminante era un sistema de suspensión hidroneumática por el que Citroën se haría famoso, que ajustaba automáticamente la altura del coche para mantenerlo nivelado y permitir al conductor mantener el control más fácilmente. Citroen recibió 12.000 pedidos del DS al final de ese primer día, y pronto se convirtió en el medio de transporte preferido por los ciudadanos más ricos y poderosos de Francia.
En agosto de 1962, un grupo llamado OAS (Organización del Ejército Secreto en inglés) planeó un atentado contra el presidente de Gaulle, que creían que había traicionado a Francia al entregar Argelia (en el norte de África) a los nacionalistas argelinos. Cerca del atardecer del 22 de agosto de 1962, De Gaulle y su esposa se dirigían desde el Palacio del Elíseo al aeropuerto de Orly. Mientras su Citroen DS negro recorría la Avenida de la Liberación de París a 110 kilómetros por hora, 12 pistoleros de la OAS abrieron fuego contra el coche. Una lluvia de 140 balas, la mayoría de ellas procedentes de la parte trasera, mató a dos de los guardaespaldas del presidente en motocicleta, destrozó la ventanilla trasera del coche y pinchó sus cuatro neumáticos. Aunque el Citroën patinó en las ruedas delanteras, el chófer de De Gaulle pudo acelerar para salir del derrape y ponerse a salvo, gracias al sistema de suspensión superior del coche. De Gaulle y su esposa mantuvieron la cabeza baja y salieron ilesos.
Frederick Forsyth dramatizó los acontecimientos de aquel agosto en su exitosa novela «El día del chacal», llevada posteriormente al cine. En 1969, De Gaulle -sabiendo que debía su vida a ese Citroën- intentó evitar la venta directa del principal fabricante de automóviles de Francia (propiedad de la familia Michelin, famosa por sus neumáticos) al fabricante de automóviles italiano Fiat, limitando la participación que éste podía comprar al 15%. En 1975, para evitar una posible quiebra, el gobierno francés financió la venta de Citroen a un grupo que incluía a su rival francés, Peugeot; el resultado fue PSA Peugeot Citroen SA, formada en 1976.