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¿Por qué es importante esta revisión?

El insomnio (tener dificultad para conciliar o mantener el sueño) es frecuente, aproximadamente una de cada cinco personas declara tener problemas de sueño en el año anterior. El insomnio puede causar fatiga diurna, angustia, deterioro del funcionamiento diurno y reducción de la calidad de vida. Se asocia a un aumento de los problemas de salud mental, al abuso de drogas y alcohol y a un mayor uso de los servicios sanitarios. El tratamiento depende de la duración y la naturaleza del problema de sueño. Puede implicar: el tratamiento de problemas médicos coexistentes; el asesoramiento sobre los hábitos de sueño y el estilo de vida (conocido como higiene del sueño); medicamentos y terapias psicológicas como la terapia cognitivo-conductual (TCC, que es una terapia hablada).

Los medicamentos llamados hipnóticos (por ejemplo, el temazepam y los fármacos «Z») son los más utilizados para tratar el insomnio y se sabe que ayudan a conciliar el sueño, pero pueden presentar problemas como la tolerancia (necesidad de tomar más cantidad del medicamento para obtener el mismo efecto) y la dependencia (problemas físicos o mentales si se deja de tomar el medicamento). Las directrices recomiendan el uso de hipnóticos sólo a corto plazo (de dos a cuatro semanas). Sin embargo, millones de personas en todo el mundo toman medicamentos hipnóticos a largo plazo.

Los antidepresivos se prescriben ampliamente para el insomnio a pesar de no estar autorizados para este uso, y de la evidencia incierta sobre su eficacia. Esto puede deberse a las preocupaciones relativas a los medicamentos hipnóticos. Se sabe que los tratamientos psicológicos, como la TCC, ayudan al insomnio, pero su disponibilidad es limitada. Por ello, a veces se prueban medicamentos alternativos, como los antidepresivos (utilizados para tratar la depresión) y los antihistamínicos (utilizados para tratar las alergias). Es importante evaluar las pruebas para el uso no autorizado de estos medicamentos.

¿Quién estará interesado en esta revisión?

Las personas con problemas de sueño y sus médicos estarán interesados en esta revisión para comprender mejor las pruebas de la investigación y permitir la toma de decisiones informadas con respecto al uso de antidepresivos para el insomnio.

¿Qué preguntas pretendía responder esta revisión?

El objetivo fue averiguar la eficacia de los antidepresivos en el tratamiento del insomnio en adultos, su seguridad y si tienen efectos secundarios.

¿Qué estudios se incluyeron en la revisión?

Se incluyeron ensayos controlados aleatorios (estudios clínicos en los que las personas fueron asignadas al azar a uno de dos o más grupos de tratamiento; estos ensayos proporcionan las pruebas más fiables y de mayor calidad) de adultos con un diagnóstico de insomnio. Las personas podían tener otras afecciones (comorbilidades) además del insomnio. Se incluyó cualquier dosis de antidepresivo (pero no combinaciones con otro antidepresivo) en comparación con placebo (tratamiento de simulación), otros medicamentos para el insomnio (por ejemplo, benzodiacepinas o fármacos «Z»), un antidepresivo diferente, control en lista de espera o «tratamiento habitual».»

¿Qué nos dijeron las pruebas de la revisión?

Se revisaron 23 estudios con 2806 personas con insomnio. En general, la calidad de las pruebas fue baja debido al pequeño número de personas en los estudios y a los problemas con la forma en que se realizaron e informaron los estudios. A menudo no se pudieron combinar los resultados de los estudios individuales. Hubo pruebas de baja calidad para apoyar el uso a corto plazo (es decir, semanas en lugar de meses) de algunos antidepresivos. No hubo pruebas para el antidepresivo amitriptilina, que se utiliza comúnmente en la práctica clínica, o para apoyar el uso de antidepresivos a largo plazo para el insomnio. La evidencia no apoyó la práctica clínica actual de prescribir antidepresivos para el insomnio.

¿Qué debe suceder a continuación?

Se necesitan ensayos de alta calidad de antidepresivos para el insomnio para proporcionar una mejor evidencia para informar la práctica clínica. Además, los profesionales de la salud y los pacientes deben ser conscientes de la actual escasez de pruebas para los antidepresivos comúnmente utilizados para el tratamiento del insomnio.

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