Corsé, prenda de vestir que se usa para moldear o constreñir la cintura y sostener el pecho, ya sea como prenda base o como decoración exterior. Durante las primeras épocas de la corsetería, los corsés -llamados estancias antes del siglo XIX y hechos rígidos con pesados huesos- moldeaban la parte superior del cuerpo de la mujer en forma de V y aplanaban y empujaban los pechos hacia arriba. Algunos se unían a las enaguas o podían fijarse a ellas para mantener una forma plana en la cintura. A los niños pequeños también se les ponían corsés o varillas para asegurar una columna vertebral recta y una forma corporal agradable en el futuro. Más tarde, con el cambio de la moda, los corsés adquirieron una forma de reloj de arena para resaltar la figura femenina.
Las primeras evidencias de prendas con forma de corsé se encuentran en el arte de la civilización minoica, que representa a mujeres con placas de metal que adelgazan la cintura y acentúan el busto. En la Edad Media aparecieron esporádicamente en Europa prendas que estilizaban la cintura, usadas por miembros de ambos sexos. Hacia el siglo XV las mujeres empezaron a llevar corpiños reforzados con pasta, conocidos entonces como bodys. En el siglo XVI, este tipo de corpiño se convirtió en una prenda de ropa interior independiente, que se ataba por delante o por detrás y, finalmente, se sostenía con tiras de un material firme -como madera, hueso o cuerno- entre dos capas de tela. Los corsés que se ataban por delante solían estar cubiertos por un panel decorado conocido como estomago que ocultaba los cordones. El corsé de la España del siglo XVI se sostenía en la parte delantera con una varilla de madera o hueso (o dos, si la prenda se ataba por delante) conocida como busk, que producía una forma plana, y se reforzaba en otras partes con varillas de hueso de ballena. El busk se convirtió en una característica predominante de los corsés posteriores, a pesar de otros cambios.