¿Cuál es el sentido de 4’33» de John Cage?

Se sentó al piano y colocó una partitura en el atril, puso un cronómetro, cerró la tapa y se sentó en silencio durante 33 segundos. Abriendo brevemente la tapa y volviéndola a cerrar, volvió a poner el cronómetro y se sentó durante dos minutos y 40 segundos, pasando de vez en cuando las páginas de la partitura. Repitió el proceso, esta vez durante un minuto y 20 segundos. Finalmente, se puso en pie, se inclinó ante los educados aplausos del público restante y salió del escenario.

Así transcurrió el estreno de 4’33» de John Cage, la «pieza silenciosa» de tres movimientos titulada por su duración total determinada por el azar y marcada como «Tacet, para cualquier instrumento o combinación de instrumentos». Confirmaría a John Cage como uno de los compositores más controvertidos -y significativos- del siglo XX.

En el debate posterior al concierto, la sorpresa y el desconcierto dieron paso al enfado. Cage parecía haber burlado toda la tradición de los conciertos occidentales, incluso la propia música. En medio del alboroto, un airado artista local gritó: «¡Buena gente de Woodstock, echemos a esta gente de la ciudad!»

¿Cuál es el objetivo de John Cage 4′ 33″?

Cage ofreció algunas reflexiones intrigantes cuando se le preguntó después sobre el evento: ‘No entendieron el punto. El silencio no existe. Lo que creían que era silencio, porque no sabían escuchar, estaba lleno de sonidos accidentales. Durante el primer movimiento se oía el viento que se movía fuera. Durante el segundo, las gotas de lluvia empezaron a golpear el tejado, y durante el tercero la propia gente hizo todo tipo de sonidos interesantes mientras hablaban o salían».

Muchos asumieron que 4’33» era una especie de truco publicitario dadaísta; de hecho, un crítico calificó una actuación posterior en Nueva York de «exhibicionismo de Greenwich Village». Sin embargo, aunque es indudablemente subversivo, no es ni mucho menos renegado por sí mismo, sino que surge de muchos años de reflexión sobre la naturaleza del silencio, la intencionalidad, la escucha y la interpretación. Otro crítico la declararía más tarde «la composición fundamental de este siglo».

Las ideas de Cage habían empezado a cuajar en 1948, cuando propuso por primera vez una pieza silenciosa. Dijo que la llamaría «Oración silenciosa», y bromeó con la idea de presentarla a la compañía Muzak en protesta por lo que consideraba su intrusión sonora en los espacios públicos. Ese mismo año se embarcó en serio en un estudio sobre el budismo zen y las filosofías orientales que le llevaron a emprender el camino «de la creación a la aceptación», y las posibilidades que ofrece la apertura a los sonidos ambientales y no intencionados.

¿Se considera música 4’33» de John Cage?

En 1951, dos encuentros ayudaron a dar forma a su pensamiento: con el artista Robert Rauschenberg y con la cámara anecoica de la Universidad de Harvard. Cage se quedó especialmente prendado de las White Paintings del primero, y las describió como «aeropuertos de luces, sombras y partículas». Al salir del silencio total y sin ecos de la cámara anecoica, se sorprendió al poder escuchar dos sonidos, uno alto y otro bajo, que, según le informó un ingeniero, eran los sonidos de su propio sistema nervioso y de la circulación sanguínea. De ahí la famosa conclusión anterior: «El silencio no existe».

Para muchos compositores y artistas de la época y desde entonces, 4’33» supuso una reimaginación sísmica de la propia materia del arte y la vida, y de las construcciones que con demasiada frecuencia los dividen. Tudor lo definió como «una de las experiencias auditivas más intensas que se pueden tener». Podría decirse que esto sigue siendo tan cierto ahora como lo fue en 1952, y la pieza sigue siendo igual de enigmática, rebosante de preguntas que siguen siendo pertinentes hoy en día.

• Nuevo documental sobre la relación de John Cage con el silencio que llega a BBC Radio 3

Imagen superior de Getty Images