Tenemos que agradecer a Heródoto la acuñación de la idea de «las siete maravillas del mundo», que ha llevado a pensadores y promotores a especular desde entonces sobre una «octava» maravilla. Sin embargo, la verdadera respuesta a la pregunta sobre las mayores maravillas es la que nos permite maravillarnos y sentir una sensación de «asombro» en absoluto: el cerebro humano.
Nuestro cerebro es, sin duda, una de las cosas más maravillosamente complejas que conocemos. En el Renacimiento se despertó el interés por la mente humana, desde las especulaciones humanistas de Shakespeare en personajes como Hamlet hasta el dibujo del Hombre de Vitruvio de Leonardo DA-Vinci, y la representación menos conocida del cráneo y el cerebro humanos.
Incluso después de cientos de años de estudios psicológicos y anatómicos modernos, los científicos todavía tienen mucho que aprender sobre el cerebro, desde cómo evolucionó hasta cómo funciona y cómo almacena la memoria. Este último punto ha cobrado aún más importancia en las últimas décadas con la llegada de la investigación informática y la evidente necesidad de almacenar la memoria en ella. Sin embargo, aunque el cerebro humano es un punto de partida natural para pensar en cómo almacenan los datos los ordenadores (basta con preguntar a Isaac Asimov), tu mente en realidad almacena y accede a la información de forma muy diferente a la de tu ordenador de sobremesa, y aquí te explicamos cómo.
Cómo almacenan los datos los ordenadores