La relación entre equidad e igualdad puede influir en las prácticas de casi todos los sistemas educativos. Cada punto de contacto o interacción que un estudiante tiene con la instrucción debe ser realmente equitativo, no simplemente «igual», para que ese momento de aprendizaje sea impactante. He aquí algunos ejemplos de espacios y componentes educativos en los que los educadores pueden trabajar para priorizar la equidad:
Tecnología educativa
Investigadores de la Connected Learning Alliance publicaron un informe que ilustra claramente los matices de la diferencia entre equidad e igualdad, específicamente a través del uso intencionado de la tecnología educativa. Echa un vistazo leyendo el informe, aquí.
Aprendizaje social y emocional
La instrucción social y emocional también debe ser equitativa, y no se debe impartir «por igual» a todos los estudiantes. Tenemos más trabajo que hacer para entender exactamente cómo hacer que eso suceda, y siempre están surgiendo nuevas investigaciones. Para empezar, podemos recurrir a algunas de las investigaciones sobre el apoyo a poblaciones específicas de estudiantes con SEL, como los estudiantes de inglés. Para más información, consulte este artículo de eSchool News.
Educación infantil
Se reconoce cada vez más que la educación infantil es un espacio especialmente crucial para garantizar la equidad para todos los estudiantes de preescolar a 12 años. Sin embargo, a nivel nacional, existen disparidades en cuanto a quiénes se benefician de los programas preescolares de calidad, y queda mucho trabajo por hacer para garantizar que la educación infantil sea equitativa. Para más información, consulte estos recursos de la Asociación Nacional para la Educación de los Niños Pequeños (NAEYC).
Comunidad y participación de la familia
La participación de la comunidad y la familia, enfatizada bajo la Ley Cada Estudiante Triunfa, puede servir como un espacio crítico donde el trabajo de equidad puede hacer una diferencia significativa para los estudiantes. No basta con garantizar que una escuela se esfuerce por comunicarse con todas las familias, ya que las culturas y los orígenes de las familias pueden requerir un enfoque diferente de la comunicación. Aunque los investigadores todavía están trabajando para identificar las mejores prácticas para la participación equitativa de las familias, esta revisión de la investigación del Teachers College de la Universidad de Columbia es un buen punto de partida.
Estos ejemplos son sólo algunos de los muchos espacios que pueden ser influenciados positivamente por un énfasis en la equidad educativa y una cuidadosa comprensión de la diferencia entre equidad e igualdad. A medida que los investigadores continúen identificando las desigualdades persistentes y los educadores sigan probando prácticas innovadoras en el aula para luchar por la capacitación de los estudiantes, surgirán nuevas vías para la equidad. Por ahora, podemos luchar por la equidad prestando mucha atención a las áreas de necesidad identificadas, escuchando a nuestros estudiantes y a sus familias, y continuando con la investigación existente.
Para más información sobre la equidad educativa, véase: