El trastorno de ansiedad social (fobia social) no es simplemente un miedo a hacer o relacionarse con amigos. En realidad, se caracteriza por un miedo intenso a las situaciones sociales en las que el niño podría ser juzgado o escudriñado por los demás.
Los niños con trastorno de ansiedad social experimentan sentimientos intensos de ansiedad ante una serie de factores desencadenantes diferentes, como hablar delante de los demás, leer en voz alta, miedo a ser evaluado por los demás, miedo a ofender a los demás, miedo a la vergüenza y miedo a conversar con personas desconocidas. Los niños con trastorno de ansiedad social se preocupan en muchas situaciones sociales (escuela, equipos, citas de juego, clases de enriquecimiento e incluso reuniones familiares.)
El trastorno de ansiedad social puede causar una angustia significativa en los niños y tiene un efecto negativo en el rendimiento académico, las relaciones sociales, la confianza en sí mismos y otras áreas de funcionamiento. Es probable que los niños con trastorno de ansiedad social eviten participar en cosas como los deportes u otras actividades de grupo con sus compañeros por miedo al escrutinio negativo o a la vergüenza.
Los padres pueden ayudar a los niños con trastorno de ansiedad social comprendiendo la naturaleza de la enfermedad y enseñándoles a afrontar sus síntomas.
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Síntomas del trastorno de ansiedad social
La edad media de inicio del trastorno de ansiedad social es de 13 años, y el 75% tiene una edad de inicio entre 8 y 15 años. El trastorno puede surgir a partir de una historia de inhibición social o timidez en la infancia, pero también puede ser desencadenado por una experiencia traumática, como el acoso escolar.1 Aproximadamente 15 millones de estadounidenses sufren el trastorno de ansiedad social. 2
La característica que define al trastorno de ansiedad social incluye un marcado temor o ansiedad ante una o más situaciones sociales en las que la persona podría estar sujeta al posible escrutinio de los demás. Algunos ejemplos son las interacciones sociales, ser observado por otros y actuar delante de otros. 3
Otros síntomas del trastorno de ansiedad social son los siguientes:
- La persona siente que actuará de una manera o mostrará síntomas de ansiedad que serán evaluados negativamente
- Las situaciones sociales siempre desencadenan miedo o ansiedad (en los niños esto puede manifestarse como rabietas, aferrarse, llorar, congelarse o no hablar)
- Las situaciones sociales se evitan o se soportan con intensos sentimientos de miedo y ansiedad
- El miedo o la ansiedad son desproporcionados con respecto a la amenaza real
- El miedo, ansiedad y evitación dura 6 meses o más
- Causa malestar clínicamente significativo en el ámbito social, laboral (escolar) u otras áreas de funcionamiento
- Miedo a los acontecimientos sociales que puede producirse con semanas de antelación
- Aferrarse excesivamente a las personas conocidas
- Tanterías cuando se enfrentan a situaciones sociales que provocan ansiedad
- Culpar a los demás por los fracasos sociales percibidos
- Síntomas físicos: Rubor, corazón acelerado, voz temblorosa, temblores, náuseas, dificultad para hablar
- La respiración profunda es la mejor manera de calmar el ritmo cardíaco rápido, la respiración superficial y la sensación de mareo. Enséñele a su hijo a visualizar que infla un globo mientras compromete el diafragma en una respiración profunda. Cuente a su hijo para ayudarle a ralentizar la respiración (4 inhalaciones, 4 retenciones, 4 exhalaciones).
- Imágenes guiadas: Su hijo puede emprender una aventura relajante en su mente mientras realiza una respiración profunda. Cuente una historia rápida en voz baja y uniforme para ayudar a su hijo a encontrar su centro.
- Relajación muscular progresiva: Los niños ansiosos tienden a tensar sus músculos cuando están bajo estrés. Enséñele a su hijo a relajar sus músculos y a liberar la tensión empezando por sus manos y brazos. Cierra el puño y mantenlo apretado durante cinco segundos, luego suéltalo lentamente. Pase a los brazos, el cuello y los hombros, y los pies y las piernas.
- Asumir el peor escenario
- Creer que los demás los ven a través de una lente negativa
- Exagerar
- Personalizar
- Saludar
- Entrar y salir de los grupos
- Empezar una conversación
- Escuchar y responder
- Hacer preguntas de seguimiento/hacer declaraciones de seguimiento
Cómo ayudar a tu hijo a afrontar el trastorno de ansiedad social
El mejor primer paso para ayudar a tu hijo a afrontarlo es ponerle nombre. Los niños con trastorno de ansiedad social saben que se sienten temerosos y ansiosos en situaciones sociales, pero no siempre saben por qué. Ayudarles a conectar los puntos entre las respuestas emocionales, los síntomas físicos y los desencadenantes es un primer paso importante para aprender a afrontarlo. Educar a su hijo sobre las formas en que la ansiedad impacta en el pensamiento y el comportamiento es una poderosa lección para aprender a trabajar con las emociones negativas.
– Enseñar estrategias de relajación
Los niños necesitan aprender una variedad de herramientas para usar cuando se sienten ansiosos y abrumados. Es casi imposible utilizar estrategias de afrontamiento adaptativas cuando se está lidiando con intensos síntomas físicos de ansiedad, así que el primer paso es con el trabajo para aprender a calmar la respuesta ansiosa.
– Enseñe el reencuadre cognitivo
Los niños con trastorno de ansiedad social suelen estar abrumados por creencias negativas que refuerzan sus pensamientos ansiosos. Sus creencias tienden a caer en las siguientes categorías:
Enseñe a su hijo a reconocer los pensamientos negativos y a sustituirlos por otros positivos. Si su hijo tiende a decir cosas como: «Mi profesor piensa que soy estúpido porque se me da mal leer», ayúdele a reconocer el pensamiento negativo, a fundamentarlo en la realidad (el trabajo de un profesor es ayudar a los niños a aprender, no juzgarlos por lo que ya saben) y a sustituirlo por un pensamiento positivo («Me cuesta leer, pero mi profesor me ayudará a mejorar.»)
– Enseñar habilidades de resolución de problemas
Los niños con trastornos de ansiedad social tienden a convertirse en maestros de la evitación. Hacen lo que pueden para evitar involucrarse en las situaciones que les causan más ansiedad. Aunque esto puede parecer el camino de menor resistencia, en realidad puede empeorar la ansiedad social con el tiempo.
Enseñe a su hijo a trabajar a través de los sentimientos de miedo y ansiedad mediante el desarrollo de habilidades de resolución de problemas. Si un niño teme hablar en público, por ejemplo, puede aprender a practicar varias veces en casa frente a un espejo, hacer que alguien le grabe en vídeo y lo vea de nuevo, encontrar la cara amable en la sala y hacer contacto visual, y utilizar la respiración profunda para calmar los sentimientos de ansiedad.
Ayude a su hijo a identificar sus factores desencadenantes y a hacer una lluvia de ideas sobre posibles estrategias de resolución de problemas para trabajar con esos factores desencadenantes.
– Trabaje las habilidades de amistad
Aunque no puede hacer amigos por su hijo, puede ayudarle a practicar las habilidades de amistad. Practique estas habilidades utilizando el juego de roles y el modelado para ayudar a su hijo a sentirse a gusto con sus compañeros:
Buscar ayuda profesional
Si el trastorno de ansiedad social afecta negativamente a la capacidad de su hijo para asistir a la escuela, socializar con sus compañeros dentro o fuera de la escuela, o afecta a otras áreas de funcionamiento, es el momento de buscar una evaluación de un profesional de la salud mental con licencia. La buena noticia es que el trastorno de ansiedad social es muy tratable y los niños pueden aprender a lidiar con sus síntomas e implementar estrategias que funcionan en una amplia variedad de entornos.