Conocidas comúnmente como las Ciudades Gemelas, MINNEAPOLIS (palabra híbrida sioux/griega que significa «ciudad del agua») y ST PAUL son competitivas pero complementarias. Fraternalmente, más que idénticamente hermanadas, pueden ser incluso mejores lugares para vivir que para visitar, gracias a su buen aspecto, limpieza, actividad cultural, conciencia social y tasas de criminalidad relativamente bajas. Una treintena de las 500 empresas más importantes de la revista Fortune tienen su sede aquí; muchas de ellas prestan un importante apoyo financiero a las artes, los proyectos comunitarios y los deportes locales. La vida de la mayoría de los habitantes de las Ciudades Gemelas parece tan vibrante y saludable que la amenaza más importante parece ser su propia complacencia.
St Paul ha sido llamada «la última ciudad del este», y Minneapolis, al otro lado del curvado Mississippi, «la primera ciudad del oeste». Sólo un viaje de veinte minutos por la autopista separa sus respectivos centros, pero cada uno tiene su propio carácter, estilo y puntos fuertes. St Paul, la capital del estado -llamada originalmente Pig’s Eye, en honor a un escurridizo comerciante de pieles franco-canadiense que vendía whisky en un desembarco del río Misisipi en la década de 1840- es el hermano más serio y antiguo, que se preocupa por conservar sus edificios y tradiciones. Sus habitantes son principalmente alemanes, irlandeses y católicos. El compacto pero majestuoso centro de la ciudad está construido, como Roma, sobre siete colinas: el Capitolio y la Catedral ocupan una cada uno, monumentos que mantienen a la ciudad consciente de sus responsabilidades. Minneapolis, fundada con el dinero generado por los cientos de molinos de harina y sierra del Mississippi, es más animada, más artística y más moderna, con rascacielos, arquitectura actualizada y una actitud optimista e incluso descarada que nunca pone en peligro su afabilidad esencial. Los residentes, mayoritariamente eslavos, nórdicos y luteranos, se reparten por un terreno más amplio que el de San Pablo, con decenas de lagos y parques que subrayan el atractivo de la ciudad. La superestrella local Prince y la compañía discográfica Flyte Tyme han puesto el foco en la escena musical local.