Disfunción del Obturador Interno

Anatomía

El obturador interno (OI) es un músculo de la cadera que se origina en la profundidad de la pelvis, se envuelve y se inserta en la cara posterior de la cabeza del fémur (el hueso del muslo). La función principal del OI es rotar la pierna externamente y tiene un papel importante en la estabilización de la cabeza del fémur en la cavidad de la cadera.

La imagen de la izquierda está representando el OI en verde y se está viendo posteriormente.

Disfunción muscular y puntos gatillo

Al igual que cualquier otro músculo del cuerpo, el OI puede volverse disfuncional y los puntos gatillo (TrP) pueden surgir por varias razones. En general, un punto gatillo son fibras musculares contraídas involuntariamente dentro de un músculo entero. Como el TrP está contraído involuntariamente y no podemos relajar voluntariamente las fibras musculares, el flujo sanguíneo se reduce en esa zona del músculo, así como en los nervios y otros tejidos circundantes. Esta pérdida de flujo sanguíneo puede dar lugar a una hipersensibilidad directamente en el lugar del TrP, así como a un dolor en la zona circundante. Los TrP pueden ser latentes o activos. Un TrP latente es aquel que no causa dolor a menos que se provoque, como con la presión directa, pero posee la capacidad de causar dolor no provocado. Un TrP activo es aquel que remite el dolor a otras zonas sin ser provocado. Los puntos gatillo de la OI pueden remitir a toda la cadera y la pierna del lado en que se originan. Esta es una de las principales razones por las que muchos pacientes son tratados sin éxito por un posible síndrome de los isquiotibiales y/o una disfunción del glúteo medio, cuando realmente la raíz de su problema es más profunda y se localiza en el músculo OI.

¿Es OI?

Habiendo tenido experiencia personal con la disfunción del OI y tratando a pacientes con el problema, he descubierto que hay algunas señales iniciales que ayudan a descifrar si un paciente está sufriendo una disfunción del OI frente a los síndromes de los isquiotibiales, del piriforme y/o del glúteo medio. El primer signo importante es que el paciente tiene dificultades para localizar el dolor. Esto se debe a que el músculo OI tiene muchos patrones de referencia diferentes. Los pacientes pueden decir un día que tienen dolor en el lado lateral de la cadera o que el dolor está en la región de la nalga. Otro día pueden describir un dolor de tipo quemante en la inserción del músculo isquiotibial en el «hueso de la silla»; o tal vez las tres cosas a la vez. Al investigar más a fondo estos músculos con una palpación profunda, los pacientes podrían informar de que hay dolor en la zona, pero que no es su «dolor familiar».

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