La nacionalidad española se basa principalmente en el principio del ius sanguinis (derecho de sangre). España es miembro de la Unión Europea. En consecuencia, los ciudadanos españoles pueden viajar y residir libremente en cualquiera de los países que forman parte de la UE.
España permite la doble nacionalidad en circunstancias limitadas. España permite la doble nacionalidad a todos los ciudadanos españoles de origen, siempre que declaren su voluntad de conservar la nacionalidad española en los 3 años siguientes a la adquisición de otra nacionalidad. Este requisito está exento para los ciudadanos naturales de un país iberoamericano, Andorra, Filipinas, Guinea Ecuatorial o Portugal, y cualquier otro país con el que España tenga un acuerdo bilateral.
Para quienes pretendan adquirir la nacionalidad española como segunda nacionalidad, el hecho de que la persona pueda o no conservar la doble nacionalidad depende del país en el que tenga su nacionalidad original. Por ejemplo, si un ciudadano estadounidense adquiere la nacionalidad española, España exige que la persona renuncie a la nacionalidad estadounidense, pero esto no suele ser suficiente para que el estadounidense pierda la nacionalidad estadounidense. En este caso, España considerará a la persona únicamente como ciudadano español, mientras que EE.UU. seguirá tratando a la persona como ciudadano estadounidense. En la práctica, la persona tendrá doble nacionalidad estadounidense y española.
Inscríbase para una consulta gratuita