Edición y corrección

De qué trata este folleto

Este folleto proporciona algunos consejos y estrategias para revisar su escritura. Para que puedas practicar la corrección, hemos dejado siete errores (tres de ortografía, dos de puntuación y dos gramaticales) en el texto de este folleto. A ver si eres capaz de detectarlos

¿Es lo mismo editar que corregir?

No exactamente. Aunque mucha gente utiliza los términos indistintamente, la edición y la corrección de pruebas son dos etapas diferentes del proceso de revisión. Ambas exigen una lectura atenta y cuidadosa, pero se centran en aspectos diferentes del escrito y emplean técnicas distintas.

Algunos consejos que se aplican tanto a la edición como a la corrección de pruebas

  • ¡Distanciarse del texto! Es difícil editar o corregir un trabajo que acabas de terminar de escribir: todavía te resulta demasiado familiar y tiendes a saltarte muchos errores. Deja el trabajo a un lado durante unas horas, días o semanas. Sal a correr. Ve a la playa. Despeja tu cabeza de lo que has escrito para que puedas echar un nuevo vistazo al papel y ver lo que realmente hay en la página. Mejor aún, dale el periódico a un amigo: no hay mayor distancia que esa. Alguien que está leyendo el trabajo por primera vez, llega a él con ojos completamente frescos.
  • Decide qué medio te permite corregir con más cuidado. A algunas personas les gusta trabajar directamente en el ordenador, mientras que a otras les gusta sentarse con una copia impresa que pueden marcar mientras leen.
  • Intente cambiar el aspecto de su documento. Alterar el tamaño, el espaciado, el color o el estilo del texto puede engañar a su cerebro para que piense que está viendo un documento desconocido, y eso puede ayudarle a obtener una perspectiva diferente de lo que ha escrito.
  • Busque un lugar tranquilo para trabajar. No intentes hacer tus correcciones frente a la televisión o mientras trabajas en la cinta de correr. Busque un lugar en el que pueda concentrarse y evitar distracciones.
  • Si es posible, haga su edición y corrección en varios bloques de tiempo cortos. Su concentración puede empezar a decaer si intenta corregir todo el texto de una sola vez.
  • Si tiene poco tiempo, es posible que desee priorizar. Asegúrate de completar las tareas de edición y corrección más importantes.

Edición

La edición es lo que empiezas a hacer en cuanto terminas tu primer borrador. Relees tu borrador para ver, por ejemplo, si el trabajo está bien organizado, las transiciones entre párrafos son fluidas y tus pruebas realmente respaldan tu argumento. Puedes editar a varios niveles:

Contenido

¿Has hecho todo lo que requiere la tarea? Son precisas las afirmaciones que haces? Si se requiere hacerlo, ¿su trabajo presenta un argumento? ¿Es el argumento completo? ¿Son coherentes todas sus afirmaciones? ¿Ha apoyado cada punto con pruebas adecuadas? ¿Toda la información de tu trabajo es relevante para la tarea y/o tu objetivo general de redacción? (Para obtener consejos adicionales, consulte nuestros folletos sobre la comprensión de las tareas y el desarrollo de un argumento.)

Estructura general

¿Tiene su documento una introducción y una conclusión adecuadas? ¿Está su tesis claramente expuesta en su introducción? Queda claro cómo se relaciona cada párrafo del cuerpo de su trabajo con su tesis? ¿Están los párrafos ordenados en una secuencia lógica? ¿Has hecho transiciones claras entre los párrafos? Una forma de comprobar la estructura de tu trabajo es hacer un esquema inverso del mismo después de haber escrito el primer borrador. (Consulta nuestros folletos sobre introducciones, conclusiones, declaraciones de tesis y transiciones.)

Estructura dentro de los párrafos

¿Cada párrafo tiene una frase temática clara? ¿Se ciñe cada párrafo a una idea principal? ¿Hay oraciones extrañas o faltantes en alguno de tus párrafos? (Consulte nuestro folleto sobre el desarrollo de los párrafos.)

Claridad

¿Ha definido algún término importante que pueda resultar poco claro para su lector? Está claro el significado de cada frase? (Una forma de responder a esta pregunta es leer su documento frase por frase, empezando por el final y trabajando hacia atrás para no rellenar inconscientemente el contenido de las frases anteriores). ¿Está claro a qué se refiere cada pronombre (él, ella, ello, ellos, cuál, quién, esto, etc.)? ¿Has elegido las palabras adecuadas para expresar tus ideas? Evita utilizar palabras que encuentres en el tesauro y que no formen parte de tu vocabulario habitual; podrías hacer un mal uso de ellas.

Estilo

¿Has utilizado un tono adecuado (formal, informal, persuasivo, etc.)? ¿Es apropiado su uso del lenguaje de género (pronombres masculinos y femeninos como «él» o «ella», palabras como «bombero» que contienen «hombre» y palabras que algunas personas asumen incorrectamente que se aplican a un solo género -por ejemplo, algunas personas asumen que «enfermera» debe referirse a una mujer-)? ¿Ha variado la longitud y la estructura de sus frases? ¿Tiende a utilizar la voz pasiva con demasiada frecuencia? ¿Contiene su escrito muchas frases innecesarias como «hay», «hay», «debido a que», etc.? ¿Repite una palabra fuerte (por ejemplo, un verbo principal vivo) innecesariamente? (Para obtener consejos, consulta nuestros folletos sobre estilo y lenguaje inclusivo de género.)

Citaciones

¿Has citado adecuadamente las citas, paráfrasis e ideas que has obtenido de las fuentes? ¿Están tus citas en el formato correcto? (Consulte el tutorial de citación de las bibliotecas de la UNC para obtener más información.)

A medida que edite en todos estos niveles, generalmente hará revisiones significativas del contenido y la redacción de su trabajo. Esté atento a los patrones de error; saber qué tipo de problemas suele tener le será útil, especialmente si está editando un documento grande como una tesis o disertación. Una vez que haya identificado un patrón, podrá desarrollar técnicas para detectar y corregir futuros casos de ese patrón. Por ejemplo, si se da cuenta de que a menudo habla de varios temas distintos en cada párrafo, puede repasar su documento y subrayar las palabras clave de cada párrafo, y luego dividir los párrafos para que cada uno se centre en una sola idea principal.

Corrección de pruebas

La corrección de pruebas es la etapa final del proceso de edición, y se centra en los errores superficiales, como las faltas de ortografía y los errores de gramática y puntuación. Debería corregirlo sólo después de haber terminado todas las demás revisiones de edición.

¿Por qué corregir? Lo que realmente importa es el contenido, ¿no?

El contenido es importante. Pero, te guste o no, el aspecto de un trabajo afecta a la forma en que los demás lo juzgan. Cuando has trabajado duro para desarrollar y presentar tus ideas, no quieres que errores descuidados distraigan a tu lector de lo que tienes que decir. Merece la pena prestar atención a los detalles que te ayudan a causar una buena impresión.

La mayoría de la gente sólo dedica unos minutos a la corrección de textos, con la esperanza de detectar cualquier error flagrante que salte a la vista. Pero una lectura rápida y superficial, sobre todo después de haber trabajado mucho en un trabajo, suele pasar por alto muchas cosas. Es mejor trabajar con un plan definido que te ayude a buscar sistemáticamente tipos específicos de errores.

Seguro que esto lleva un poco de tiempo extra, pero al final compensa. Si sabes que tienes una forma efectiva de detectar errores cuando el trabajo está casi terminado, puedes preocuparte menos por la edición mientras escribes tus primeros borradores. Esto hace que todo el proceso de escritura sea más eficiente.

Intente mantener separados los procesos de edición y corrección. Cuando esté editando un primer borrador, no querrá molestarse en pensar en la puntuación, la gramática y la ortografía. Si te preocupas por la ortografía de una palabra o la colocación de una coma, no te estás centrando en la tarea más importante de desarrollar y conectar ideas.

El proceso de corrección

Probablemente ya utilices algunas de las estrategias que se comentan a continuación. Experimenta con diferentes tácticas hasta que encuentres un sistema que te funcione bien. Lo importante es que el proceso sea sistemático y esté enfocado para que capte el mayor número de errores en el menor tiempo posible.

  • No confíe totalmente en los correctores ortográficos. Pueden ser herramientas útiles, pero están lejos de ser infalibles. Los correctores ortográficos tienen un diccionario limitado, por lo que algunas palabras que aparecen como mal escritas pueden realmente no estar en su memoria. Además, los correctores ortográficos no detectan las faltas de ortografía que forman otra palabra válida. Por ejemplo, si escribes «tu» en lugar de «eres», «a» en lugar de «también» o «allí» en lugar de «su», el corrector ortográfico no detectará el error.
  • Los correctores gramaticales pueden ser aún más problemáticos. Estos programas trabajan con un número limitado de reglas, por lo que no pueden identificar todos los errores y a menudo se equivocan. Además, no dan explicaciones exhaustivas que te ayuden a entender por qué hay que revisar una frase. Es posible que quiera utilizar un corrector gramatical para ayudarle a identificar posibles oraciones atropelladas o el uso demasiado frecuente de la voz pasiva, pero debe ser capaz de evaluar la información que le proporciona.
  • Corrija sólo un tipo de error a la vez. Si intenta identificar y revisar demasiadas cosas a la vez, corre el riesgo de perder la concentración, y su corrección será menos eficaz. Es más fácil detectar los errores gramaticales si no revisas la puntuación y la ortografía al mismo tiempo. Además, algunas de las técnicas que funcionan bien para detectar un tipo de error no detectan otros.
  • Lee despacio y lee cada palabra. Intenta leer en voz alta, lo que te obliga a decir cada palabra y también te permite escuchar cómo suenan las palabras juntas. Cuando lees en silencio o demasiado rápido, puedes saltarte los errores o hacer correcciones inconscientes.
  • Separa el texto en frases individuales. Esta es otra técnica que le ayudará a leer cada frase con atención. Basta con pulsar la tecla de retorno después de cada punto para que cada línea comience una nueva frase. A continuación, lee cada frase por separado, buscando errores gramaticales, de puntuación o de ortografía. Si trabaja con una copia impresa, intente utilizar un objeto opaco, como una regla o un trozo de papel, para aislar la línea en la que está trabajando.

  • Rodee cada signo de puntuación. Esto te obliga a mirar cada uno de ellos. A medida que circula, pregúntese si la puntuación es correcta.
  • Lea el papel al revés. Esta técnica es útil para revisar la ortografía. Empiece por la última palabra de la última página y retroceda hasta el principio, leyendo cada palabra por separado. Como el contenido, la puntuación y la gramática no tendrán sentido, su atención se centrará exclusivamente en la ortografía de cada palabra. También puede leer hacia atrás frase por frase para comprobar la gramática; esto le ayudará a evitar distraerse con los problemas de contenido.
  • La corrección es un proceso de aprendizaje. No sólo buscas errores que reconoces; también aprendes a reconocer y corregir nuevos errores. Aquí es donde entran en juego los manuales y diccionarios. Tenga a mano los que le resulten útiles mientras corrige.
  • La ignorancia puede ser una bendición, pero no le convertirá en un mejor corrector. A menudo encontrarás cosas que no te parecen del todo bien, pero puede que tampoco estés muy seguro de lo que está mal. Una palabra parece estar mal escrita, pero el corrector ortográfico no la ha detectado. Crees que necesitas una coma entre dos palabras, pero no estás seguro de por qué. ¿Debes usar «que» en lugar de «que»? Si no estás seguro de algo, búscalo.
  • El proceso de corrección se vuelve más eficiente a medida que desarrollas y practicas una estrategia sistemática. Aprenderá a identificar las áreas específicas de su propio escrito que necesitan una atención cuidadosa, y saber que tiene un método sólido para encontrar errores le ayudará a centrarse más en el desarrollo de sus ideas mientras redacta el documento.

¿Cree que lo tiene?

Entonces, ¡inténtelo, si no lo ha hecho ya! Este folleto contiene siete errores que nuestro corrector debería haber detectado: tres errores ortográficos, dos de puntuación y dos gramaticales. Intenta encontrarlos y luego revisa una versión de esta página con los errores marcados en rojo para ver si eres una estrella de la corrección.

Obras consultadas

Consultamos estas obras mientras escribíamos este manual. Esta no es una lista exhaustiva de recursos sobre el tema del folleto, y le animamos a que haga su propia investigación para encontrar las últimas publicaciones sobre este tema. Por favor, no utilice esta lista como modelo para el formato de su propia lista de referencias, ya que puede no coincidir con el estilo de citación que esté utilizando. Para obtener orientación sobre el formato de las citas, consulte el tutorial de citas de las Bibliotecas de la UNC.

Especialmente para hablantes no nativos de inglés:

Ascher, Allen. 2006. Think About Editing: An ESL Guide for the Harbrace Handbooks. Boston: Wadsworth Cengage Learning.

Lane, Janet, y Ellen Lange. 2012. Writing Clearly: Grammar for Editing, 3rd ed. Boston: Heinle.

Para todos:

Einsohn, Amy. 2011. The Copyeditor’s Handbook: A Guide for Book Publishing and Corporate Communications, 3ª ed. Berkeley: University of California Press.

Lanham, Richard A. 2006. Revising Prose, 5ª ed. New York: Pearson Longman.

Tarshis, Barry. 1998. How to Be Your Own Best Editor: The Toolkit for Everyone Who Writes. New York: Three Rivers Press.

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