El concepto de patrimonio cultural
El patrimonio cultural puede definirse como el legado de artefactos físicos (bienes culturales) y atributos intangibles de un grupo o sociedad heredados del pasado. El patrimonio cultural es un concepto que ofrece un puente entre el pasado y el futuro con la aplicación de enfoques particulares en el presente. Debido a los valores que tiene para estos grupos o sociedades, el patrimonio cultural se mantiene en el presente y se otorga en beneficio de las generaciones futuras.
El concepto de patrimonio cultural se desarrolló como resultado de complejos procesos históricos y está en constante evolución. El concepto de patrimonio cultural y natural se basa en sistemas de valores históricamente cambiantes. Estos valores son reconocidos por diferentes grupos de personas. Las ideas desarrolladas y aceptadas por estos diferentes grupos crean varias categorías de patrimonio cultural y natural (patrimonio mundial, patrimonio nacional, etc.).
Los objetos del patrimonio cultural son simbólicos. Representan identidades en términos de cultura y entorno natural. La conexión con estos objetos y las actividades tradicionales en torno a ellos crean un sentimiento de comunidad. Al mismo tiempo, la selección de los objetos, monumentos o entornos naturales que se conservan marca la trayectoria futura de las distintas narrativas culturales y el consenso social sobre el pasado y el presente.
La historia del concepto
La aparición del concepto de patrimonio cultural es el resultado de un largo desarrollo histórico en el que se asignaron distintos valores a monumentos, edificios, obras de arte, artefactos, paisajes, etc. La destrucción o pérdida sistemática de estos objetos dio lugar a frases como «valor universal excepcional» y a la declaración de que estos objetos pertenecen a la «humanidad». Estas ideas se desarrollaron a partir de la comprensión de que el patrimonio cultural y el entorno natural con el que está íntimamente ligado, es único e irremplazable. La aparición del concepto está directamente relacionada con la idea de protección o conservación.
La tradición de coleccionar objetos menores, como obras de arte y otras obras maestras de la cultura, pertenecía al «interés anticuario». Las primeras colecciones de la Baja Edad Media y la Primera Edad Moderna consistían en conjuntos muy seleccionados o en colecciones enciclopédicas del tipo «todo el mundo en una habitación». Eran las primeras etapas de un largo proceso de institucionalización. Su selección se basaba en nociones de valor inherentes a la época y al lugar de la adquisición o a la rareza, calidad estética del objeto. Eran también una muestra del conocimiento contemporáneo que se expandía con el descubrimiento de nuevos segmentos del mundo conocido.
Desde el siglo XIX, el concepto de patrimonio nacional ha sido uno de los factores clave en este proceso. Esto condujo a la creación de museos nacionales y de comisiones o instituciones de protección de monumentos.
En la segunda mitad del siglo XX, tanto los movimientos de evolución espontánea, como las organizaciones y grupos políticos -como el organismo internacional UNESCO- han logrado obtener el apoyo necesario para preservar algunos aspectos particulares del patrimonio de muchas naciones, a través de la inclusión de conceptos como Patrimonio Mundial, Memoria Mundial.
A pesar de los sesgos inherentes al enfoque del Patrimonio Mundial, se abrió la puerta a un enfoque más holístico en los estudios contemporáneos sobre el patrimonio o el negocio del patrimonio. Al mismo tiempo, la evolución reciente de las prácticas del patrimonio cultural y, más en general, los usos y abusos del concepto de patrimonio cultural dieron lugar a un fuerte enfoque crítico en el contexto del «negocio del patrimonio». Si bien el concepto de patrimonio cultural ha contribuido a la protección de valores y objetos, también ha desempeñado a menudo un papel negativo en la renovación de movimientos nacionalistas y organizaciones de base extremistas e incluso chovinistas. La destrucción deliberada de valores y objetos del patrimonio, por un lado, y las interpretaciones distorsionadas, ahistóricas o propagandísticas, por otro, pueden encontrarse en diferentes partes del mundo, influenciadas por variadas ideologías, movimientos religiosos o políticos.
Ahora, en el siglo XXI, se entiende mejor que el patrimonio tiene un significado en múltiples niveles al que sirven mejor los enfoques multidisciplinarios y las metodologías que pueden desarrollarse y utilizarse en todo el mundo. El patrimonio cultural está en el ámbito de investigación de una serie de humanidades, ciencias sociales y estudios medioambientales. Las soluciones a los problemas del Patrimonio Cultural y de la gestión de los recursos se consiguen mejor reconociendo las diferencias y legitimando los intereses en conflicto, para buscar un terreno común.