El ciclo electoral de 2016 en Estados Unidos ha sido uno de los más amargos y divisivos de los últimos tiempos. Ambos candidatos -Hillary Rodham Clinton (demócrata) y Donald J. Trump (republicano)- son considerados tan desagradables en todos los sentidos que mucha gente se niega rotundamente a votar por cualquiera de ellos. Sin embargo, si decides no votar en estas elecciones, eres un idiota. No me refiero necesariamente a que seas poco inteligente o incluso ignorante, sino simplemente a que eres un idiota.
La palabra idiota se deriva etimológicamente de la palabra griega ática ἰδιώτης (idiṓtēs), que significa literalmente «una persona privada» o «una persona que no participa en los asuntos de la polis». Deriva de la palabra ἴδιος (ídios), que significa «de uno mismo», y que es también la raíz de nuestra palabra inglesa idiosyncratic. La palabra ἰδιώτης no tenía originalmente ninguna relación con la inteligencia de la persona a la que se refería. Simplemente indicaba que la persona no participaba en los asuntos públicos.
Aunque la palabra ἰδιώτης no era originalmente peyorativa, rápidamente adquirió connotaciones despectivas. La polis, o «ciudad-estado», era la estructura fundamental de toda la sociedad griega. Era tan esencial que, en su tratado La política, el filósofo griego Aristóteles (que vivió entre el 384 y el 322 a.C.) llegó a definir al ser humano como un ζῷον πoλιτικόν (zdōon politikón), que literalmente significa un «animal en una polis». Un ciudadano que se abstenía de participar en la polis, por tanto, se ponía en profunda desventaja.
Los antiguos atenienses también reconocían que una sociedad democrática sólo puede sobrevivir mientras sus miembros sigan participando en ella. En cuanto los ciudadanos empiezan a descuidar sus deberes cívicos, la democracia comienza a derrumbarse lentamente hacia la ruina y la decadencia. Así, para los antiguos atenienses, nada podía ser más imprudente e irresponsable que descuidar los deberes cívicos.
En la antigua Atenas, participar en la reunión de la Asamblea era obligatorio y cualquier ciudadano adulto y varón que no asistiera a ella podía ser multado. Para asegurarse de que todos los habitantes de la ciudad asistieran a la reunión, se enviaban esclavos de propiedad pública mientras la Asamblea estaba reunida, armados con cuerdas que habían sido sumergidas en pintura roja. Su deber era encontrar a cualquier ciudadano que no estuviera en la reunión de la Asamblea y marcarlo con la cuerda. Después, cualquiera que fuera sorprendido con pintura roja en su ropa sería multado por haberse saltado la reunión.
En tiempos posteriores, la palabra ἰδιώτης pasó al latín como idiota. En latín, la palabra adquirió connotaciones fuertemente burlonas y se convirtió en sinónimo de «persona ignorante.» Finalmente, la palabra pasó del latín al francés como idiote y del francés al inglés medio como idiot. Fue en el inglés medio donde la palabra adquirió finalmente el significado que tiene hoy en día.
Hoy en día poca gente conoce el significado original y político de la palabra idiota. Del mismo modo, los votantes ya no se ven obligados a votar en contra de su voluntad. No obstante, aunque probablemente no se le multe por negarse a votar, debería hacerlo de todos modos porque es su deber cívico y la democracia sólo puede sobrevivir mientras el público siga participando en ella. En muchos países del mundo, la democracia está en declive porque la gente simplemente no se preocupa lo suficiente por protegerla. Las mayores amenazas a la integridad de la Constitución de Estados Unidos son la pereza y la ignorancia.
El antiguo filósofo ateniense Platón (vivió 428/427 o 424/423 – 348/347 a.C.) escribió en La República 1, 347c, «τῆς δὲ ζημίας μεγίστη τὸ ὑπὸ πονηροτέρου ἄρχεσθαι, ἐὰν μὴ αὐτὸς ἐθέλῃ ἄρχειν», que en griego antiguo significa: «Pero la mayor pena es ser gobernado bajo una persona malvada, si uno no toma la iniciativa en la política». Básicamente, Platón está diciendo que, si no se toma la iniciativa política y se vota, el castigo es ser gobernado por quien menos se desea. Ten en cuenta estas palabras a la hora de decidir si sales o no a votar mañana.
Autor: Spencer McDaniel
¡Hola! ¡Soy Spencer McDaniel! Actualmente soy un estudiante de la Universidad de Indiana Bloomington que cursa una doble licenciatura en estudios clásicos e historia. Estoy obsesionado con el mundo antiguo y escribo sobre él constantemente. Mi principal área de estudio es la antigua Grecia, pero también escribo sobre otras áreas de la historia.Ver todas las entradas de Spencer McDaniel