Un análisis post-mortem del tejido cerebral de personas a las que se les ha diagnosticado un trastorno de estrés postraumático (TEPT) podría ayudar a explicar los misterios que persisten sobre este trastorno, como, por ejemplo, por qué las mujeres son más susceptibles de padecerlo y si una respuesta amortiguada del sistema inmunitario desempeña un papel en el manejo del estrés, según ha descubierto un equipo dirigido por investigadores de la Universidad de Yale y del Centro Nacional para el TEPT de la Administración de Veteranos.
El análisis de los patrones de expresión génica en el tejido cerebral localizado en cuatro regiones de la corteza prefrontal -áreas del cerebro asociadas con la función cognitiva superior y el control ejecutivo- reveló diferencias distintivas en aquellos que habían sido diagnosticados con TEPT y los que no. Las principales diferencias en la actividad de los genes afectaban especialmente a dos tipos de células en los pacientes con TEPT: las interneuronas, que inhiben la actividad neuronal, y la microglía, células del sistema inmunitario en el sistema nervioso central, informan los investigadores el 21 de diciembre en la revista Nature Neuroscience.
«Los hallazgos sugieren que, en conjunto, estos cambios podrían contribuir a un deterioro de la capacidad de respuesta al estrés traumático», dijo Matthew Girgenti, científico investigador del Departamento de Psiquiatría de Yale y del NCPTSD y autor principal del estudio.
Alrededor del 8% de la población general ha sido diagnosticado con TEPT. Pero entre los que han experimentado un estrés psicológico grave -incluidos los veteranos de combate, los refugiados y las víctimas de agresiones- hasta un 35% presenta síntomas de TEPT. Estos síntomas incluyen la reexperimentación de los acontecimientos traumáticos, la evitación de los demás y la hiperactivación cuando se exponen a acontecimientos que les recuerdan su experiencia traumática.
Aunque los tipos de células más afectados por el TEPT eran los mismos en los hombres y en las mujeres, había claras diferencias entre los géneros en cuanto al lugar de la corteza prefrontal donde se expresaban los genes que afectaban a esas células. Estas diferencias podrían ayudar a explicar por qué las mujeres tienen más del doble de probabilidades de desarrollar TEPT y otros trastornos de ansiedad que los hombres y por qué es probable que experimenten síntomas más graves, sugieren los hallazgos.
Alrededor de la mitad de los pacientes con TEPT también son diagnosticados con alguna forma de depresión. Sin embargo, los patrones de expresión genética encontrados en el tejido cerebral están más estrechamente vinculados biológicamente con la esquizofrenia y el trastorno bipolar que con la depresión, según los investigadores.
«Este es un nuevo comienzo para el campo del TEPT», señaló John Krystal, de Yale, profesor de investigación traslacional Robert L. McNeil, Jr. Profesor de Investigación Traslacional, profesor de psiquiatría, neurociencia y psicología, y coautor del trabajo. «Necesitamos nuevos tratamientos para el TEPT, y estudios como éste proporcionarán la base científica para una nueva generación de esfuerzos de desarrollo de medicación»
El estudio contó con el apoyo del Banco Nacional de Cerebros del TEPT, un banco de tejidos con sede en el Departamento de Asuntos de los Veteranos de Estados Unidos que recoge, procesa y comparte especímenes para la investigación científica. El banco está dirigido por Matthew Friedman, del Centro Nacional para el TEPT y la Facultad de Medicina Geisel de Dartmouth, que es coautor del estudio.
Otros coautores de Yale son Hongyu Zhao y el fallecido Ronald Duman.