Embolización

La embolización es un procedimiento relativamente seguro, pero los riesgos asociados a ella aumentan si su hijo ya está muy enfermo o es muy pequeño. El equipo sólo llevará a cabo la embolización como una emergencia si su hijo no responde a otras formas de tratamiento.

La embolización se lleva a cabo bajo anestesia general, y aunque toda anestesia conlleva un riesgo, éste es extremadamente pequeño. No existe un riesgo significativo de infección.

Su hijo puede sangrar por la zona en la que se insertó el catéter, pero esto puede minimizarse aplicando presión durante unos minutos después del procedimiento. Es posible que aparezca un hematoma en el lugar donde se insertó el catéter y que sienta alguna molestia en esta región, pero normalmente es suficiente con aliviar el dolor con paracetamol o ibuprofeno.

Es extremadamente inusual tener una reacción alérgica al contraste. Si su hijo tiene alguna alergia, comuníqueselo al radiólogo antes de que comience el procedimiento. El contraste se elimina del cuerpo de su hijo por los riñones y se expulsa al orinar.

Siempre existe la posibilidad de que la sustancia utilizada para bloquear el vaso sanguíneo fluya hacia otro vaso sanguíneo y lo bloquee, pero el riesgo de que esto ocurra es muy pequeño. El efecto de esto varía, pero el suministro de sangre a esta zona se reducirá o cortará, lo que puede dar lugar a efectos permanentes. Si el suministro de sangre al pulmón se reduce o se corta, se produce una embolia pulmonar. Esto hace que el corazón trabaje más para llevar la sangre a los pulmones y puede provocar una insuficiencia cardíaca.

Si el suministro de sangre al cerebro se reduce o se corta, esto provocará un derrame cerebral. Los efectos del ictus dependen de la zona del cerebro afectada, pero suelen incluir debilidad en un lado del cuerpo.

Hay una posibilidad muy pequeña de que los vasos sanguíneos que conducen a la zona se dañen, ya sea por una obstrucción o un desgarro en la pared del vaso sanguíneo. Esto podría provocar una hemorragia y, rara vez, la necesidad de una transfusión de sangre. Podría ser necesaria una endoprótesis metálica (una pequeña jaula de metal) para mantener abierto el vaso sanguíneo, pero ésta puede introducirse a través del catéter en el mismo procedimiento. Es poco probable que se produzcan daños en los vasos sanguíneos, ya que el progreso del catéter a través de los vasos sanguíneos se comprueba con frecuencia mediante radiografías.

Rara vez puede formarse un coágulo en la arteria de la pierna donde se insertó el catéter o la arteria puede sufrir un espasmo. Esto puede afectar a la circulación de la sangre en la pierna. Si esto ocurre, puede ser necesario administrar un medicamento para diluir la sangre de su hijo durante un breve periodo de tiempo. En raras ocasiones, puede ser necesario un tratamiento adicional.

A largo plazo, la pared de la arteria donde el catéter entró en el vaso (normalmente la ingle), puede debilitarse por haber tenido el catéter allí, ya que la pared del vaso puede perder parte de su elasticidad. Con la alta presión del flujo sanguíneo a través del vaso, esto puede dar lugar a una pequeña protuberancia en la pared del vaso (como una debilidad en la pared de una manguera). Esto se llama pseudoaneurisma. Si esto ocurre, es posible que note un pequeño bulto bajo la piel, cerca del lugar donde entró el catéter, que tiene pulso. Esto no es peligroso, pero debe ser tratado. Las opciones de tratamiento suelen ser sencillas. Si lo nota, informe a su médico de cabecera (GP) o al consultor del hospital.

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