En la mitología griega, Eros es el dios del amor, y Tánatos es el dios de la muerte, haciéndolos opuestos el uno del otro. La historia de Eros y Tánatos inspiró a Sigmund Freud a crear una teoría psicológica según la cual los instintos de una persona se clasifican en una de las dos categorías: la de Eros o la de Tánatos. Sigmund Freud creía que los instintos de una persona son impulsados por la vida o la muerte, y esta teoría sigue siendo estudiada y considerada hoy en día.
¿Quién es Eros?
Eros es el dios griego del amor. Es un dios alado y es hijo de la diosa griega Afrodita y del dios griego Ares. Afrodita es la diosa del amor y la belleza, y Ares es el dios de la guerra. Esto hace que Eros sea poderoso como dios del amor.
Eros tiene la capacidad de enamorar a mortales y dioses disparándoles con su arco y flecha. Esto funcionaría tanto con los mortales como con los dioses. Eros es representado como simpático, compasivo, amoroso y lleno de vida. Así es como Eros llegó a representar el instinto de vida. Las personas que se dejan llevar por el instinto de vida suelen ser felices, compasivas y sociales.
¿Quién es Tánatos?
Tánatos es el dios griego de la muerte. Es hijo de la diosa griega Nyx y del dios griego Erebus. Nyx es la diosa de la noche, y Erebus es el dios de la oscuridad. Esto hace que Tánatos sea oscuro y negativo.
Tánatos tiene un hermano gemelo, Hipnos, que es el dios del sueño. Tánatos se asocia con la muerte violenta y sería invocado por los dioses que desearan infligirse la muerte unos a otros. Tánatos suele manifestar ira, violencia y agresividad. Estas características se manifiestan en aquellos que se dejan llevar por los instintos de muerte.
Bueno vs. Mal, Vida vs. Muerte, Eros vs. Tánatos
Eros y Tánatos son opuestos entre sí y representan los instintos polares opuestos que Freud cree que yacen dentro de cada uno de nosotros. Según Freud, las personas elegirán instintivamente la vida o la muerte a la hora de tomar decisiones.
Las decisiones basadas en los instintos vitales representan a Eros. Son decisiones impulsadas por el placer, la sexualidad, el amor, la procreación y la necesidad de llevarse bien con los demás. Las personas con instintos de vida emiten energía positiva al mundo y suelen mostrar emociones de amor, felicidad y afecto.
Enfrente del instinto de vida está el instinto de muerte. El instinto de muerte está representado por Tánatos, el dios de la muerte. Los instintos de muerte incluyen la agresión, la ira y la violencia. Los instintos de muerte pueden estar relacionados tanto con el homicidio como con el suicidio. Alguien impulsado por los instintos de muerte puede causarse autolesiones, tener comportamientos de riesgo o volverse violento con alguien.
¿Cuál es usted?
Sigmund Freud cree que todo el mundo cae en una de estas categorías.
¿Muestra usted felicidad, amor y compasión? Prefieres las situaciones sociales y disfrutas llevándote bien con los demás? Cuidas de ti mismo, así como de los que te rodean? Todas estas son características de los instintos vitales que te hacen ser impulsado por Eros, el dios del amor.
¿Eres rápido para la ira? ¿Muestra usted negatividad? Eres agresivo, violento o tomas decisiones impulsivas? Si muestras estos atributos, estás impulsado por Tánatos, el dios de la muerte, ya que todos estos son instintos de muerte.
Aunque Eros y Tánatos tienen características polares opuestas entre sí, ambos tienen influencias igualmente poderosas en el instinto del comportamiento humano. Una persona caerá en la categoría de instinto de vida o de instinto de muerte según las decisiones y la energía que ponga en el mundo.
La mejor manera de ser tu mejor yo es reconocer qué características tiendes a personificar y ajustarlas en consecuencia. Para ser más como Eros, puedes frenar tu ira y exhibir cualidades compasivas.