¿Qué responsabilidades tenemos con las especies y los ecosistemas silvestres -y con las generaciones presentes y futuras de humanos que dependen de servicios ecológicos críticos? ¿De qué manera el reconocimiento del rápido cambio ambiental global desafía nuestra comprensión tradicional de estas obligaciones? ¿Qué significa ser «sostenible» y por qué muchos creen que lograr la sostenibilidad es un imperativo ético para la ciencia y la sociedad en este siglo?
Estas preguntas, y otras similares, se exploran en esta serie. La ética ambiental es una rama de la filosofía aplicada que estudia los fundamentos conceptuales de los valores ambientales, así como cuestiones más concretas en torno a las actitudes, acciones y políticas sociales para proteger y sostener la biodiversidad y los sistemas ecológicos. Como veremos, hay muchas éticas ambientales diferentes que se pueden sostener, y que van desde los puntos de vista centrados en el ser humano (o «antropocéntricos») hasta las perspectivas más centradas en la naturaleza (o «no antropocéntricas»). Los no antropocéntricos defienden la promoción del valor intrínseco de la naturaleza, en lugar de su valor instrumental o de uso para los humanos. Para algunos éticos y científicos, esta actitud de respeto a las especies y los ecosistemas por su propio bien es una consecuencia de la adopción de una visión ecológica del mundo; surge de la comprensión de la estructura y la función de los sistemas y procesos ecológicos y evolutivos. Consideraremos cómo los nuevos campos científicos dedicados a la protección del medio ambiente, como la biología de la conservación y la ciencia de la sostenibilidad, se describen a menudo como ciencias «normativas» que conllevan un compromiso con la protección de las especies y los ecosistemas; de nuevo, ya sea por su valor intrínseco o por su contribución al bienestar humano a largo plazo.
Sin embargo, la relación entre la ética ambiental y las ciencias ambientales es compleja y a menudo controvertida. Por ejemplo, los debates sobre si los ecólogos y los biólogos de la conservación deben ser también defensores de la protección del medio ambiente -un papel que va más allá del perfil tradicional del científico «objetivo»- han recibido mucha atención en estos campos. Asimismo, veremos que cuestiones como el lugar que ocupa la preocupación por el bienestar de los animales en la gestión de la fauna silvestre, la valoración y el control de las especies no autóctonas y la adopción de un enfoque más intervencionista de la conservación y la protección ecológica (incluidas las propuestas de reubicación de especies silvestres y de geoingeniería de los sistemas terrestres para evitar los peores efectos del cambio climático global) dividen con frecuencia a los científicos medioambientales y a los conservacionistas. Esta división suele tener que ver tanto con las diferentes convicciones y valores éticos sobre nuestra responsabilidad con las especies y los ecosistemas como con los desacuerdos científicos sobre la interpretación de los datos o los resultados previstos de las acciones y políticas sociales.
Los ensayos de esta serie ilustran la diversidad de la ética medioambiental, tanto como campo de estudio como perspectiva más amplia, basada en valores, sobre una compleja red de cuestiones en la confluencia de la ciencia y la sociedad. Para comprender mejor los conceptos y argumentos de la ética medioambiental, comience con esta visión general introductoria. A partir de aquí podrá explorar una serie de temas y cuestiones que ponen de relieve la intersección entre la ética ambiental, la ecología y la ciencia de la conservación.