A diferencia de muchas monedas de la competencia, los billetes de euro no muestran imágenes de figuras nacionales destacadas. En su lugar, cada billete muestra un mapa de Europa, la bandera de la Unión Europea e imágenes arquitectónicas reconocibles. Cada denominación monetaria, que va de 5 a 200 euros, muestra uno de los siguientes estilos: Clásico, románico, gótico, renacentista, barroco y rococó, y arquitectura de hierro y cristal del siglo XIX.
El origen del euro está en el Tratado de Maastricht (1991), un acuerdo entre los entonces 12 países miembros de la Comunidad Europea (ahora Unión Europea) -Reino Unido, Francia, Alemania, Italia, Irlanda, Bélgica, Dinamarca, Países Bajos, España, Portugal, Grecia y Luxemburgo- que incluía la creación de una unión económica y monetaria (UEM). El tratado exigía una unidad de cambio común, el euro, y establecía criterios estrictos para la conversión al euro y la participación en la UEM. Estos requisitos incluían déficits presupuestarios anuales que no superaran el 3% del producto interior bruto (PIB), una deuda pública inferior al 60% del PIB, la estabilidad del tipo de cambio, tasas de inflación dentro del 1,5% de las tres tasas de inflación más bajas de la UE y tasas de inflación a largo plazo dentro del 2%. Aunque varios Estados tenían ratios de deuda pública superiores al 60% -las tasas superaban el 120% en Italia y Bélgica-, la Comisión Europea (el poder ejecutivo de la UE) recomendó su entrada en la UEM, citando las importantes medidas que cada país había tomado para reducir su ratio de deuda.
Los partidarios del euro argumentaban que una moneda única europea impulsaría el comercio al eliminar las fluctuaciones de las divisas y reducir los precios. Aunque la moneda única suscitaba inquietudes, como la falsificación y la pérdida de soberanía e identidad nacional, 11 países (Alemania, Austria, Bélgica, España, Finlandia, Francia, Irlanda, Italia, Luxemburgo, Países Bajos y Portugal) se adhirieron formalmente a la UEM en 1998. Gran Bretaña y Suecia retrasaron su adhesión, aunque algunas empresas británicas decidieron aceptar el pago en euros. Los votantes de Dinamarca rechazaron por poco el euro en un referéndum celebrado en septiembre de 2000. Grecia no cumplía inicialmente los requisitos económicos, pero fue admitida en enero de 2001 tras revisar su economía.
En 2007 Eslovenia se convirtió en el primer país ex comunista en adoptar el euro. Tras demostrar estabilidad fiscal desde su ingreso en la UE en 2004, tanto Malta como el sector grecochipriota de Chipre adoptaron el euro en 2008. Otros países que adoptaron la moneda son Eslovaquia (2009), Estonia (2011), Letonia (2014) y Lituania (2015). (El euro también es la moneda oficial en varias zonas fuera de la UE, como Andorra, Montenegro, Kosovo y San Marino). Los 19 países de la UE participantes se conocen como la zona del euro, eurolandia o la zona del euro.
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