El Génesis, en hebreo Bereshit («En el principio»), es el primer libro de la Biblia. Su nombre deriva de las palabras iniciales: «En el principio….» El Génesis narra la historia primitiva del mundo (capítulos 1-11) y la historia patriarcal del pueblo israelita (capítulos 12-50). La historia primitiva incluye los conocidos relatos de la Creación, el Jardín del Edén, Caín y Abel, Noé y el Diluvio, y la Torre de Babel. La historia patriarcal comienza con la promesa divina a Abraham de que «haré de ti una gran nación» (12:2) y narra las historias de Abraham (capítulos 12-25) y sus descendientes: Isaac y sus hijos gemelos Jacob y Esaú (capítulos 26-36) y la familia de Jacob, cuya figura principal es José (capítulos 37-50), cuya historia cuenta cómo los israelitas llegaron a Egipto. Su liberación se narra en el siguiente libro del Éxodo. El Génesis debe considerarse, pues, como parte de una unidad más amplia de material que tradicionalmente se entiende que comprende los cinco primeros libros de la Biblia, llamados la Torá o el Pentateuco.
La Biblioteca Newberry, donación de Edward Ayer, 1912 (A Britannica Publishing Partner)
Los estudiosos han identificado tres tradiciones literarias en el Génesis, como en el Deuteronomio, generalmente identificadas como las corrientes Yahwista, Elohista y Sacerdotal. La corriente yahvista, llamada así porque utiliza el nombre de Yahvé (Jehová) para referirse a Dios, es una interpretación judaica de la historia sagrada, quizá escrita ya en el año 950 a.C. La variedad Elohista, que designa a Dios como Elohim, se remonta al reino del norte de Israel y fue escrita entre el 900 y el 700 a.C. La variedad sacerdotal, llamada así por su interés en el culto y las regulaciones para los sacerdotes, suele datarse en el siglo V a.C. y se considera la ley en la que Esdras y Nehemías basaron su reforma. Dado que cada una de estas cepas conserva materiales mucho más antiguos que la época de su incorporación a una obra escrita, el Génesis contiene tradiciones orales y escritas extremadamente antiguas.