El Havana Brown es un gato musculoso de tamaño pequeño a mediano que forma parte de una serie de razas clasificadas generalmente como orientales o extranjeras de pelo corto. Su característica más definitoria es su lustroso pelaje caoba, que se asemeja al de un visón tanto en el color como en la textura. Su pelaje es fino, corto, excepcionalmente brillante y uniformemente de un cálido color entre chocolate y castaño. Aunque las marcas fantasma son aceptables en los gatitos, los adultos deben ser sólidos (llamados «autocoloreados»), sin rastro de marcas atigradas. Los ojos del Marrón Habano son ovalados y de un verde muy vivo. Tiene una cabeza estrecha, ligeramente más larga que ancha, que se reduce a un hocico redondeado con una barbilla fuerte y cuadrada. Sus bigotes también son marrones, complementando el color de su pelaje. Cuando se ve de perfil, hay un claro cambio en la inclinación de la frente del Havana, llamado «stop», a la altura de los ojos. Sus orejas son grandes, redondeadas en las puntas y levemente inclinadas hacia adelante, dando a este gato una expresión alerta e inquisitiva. La piel de la nariz y las almohadillas de las patas del Habana son de color marrón con un claro rubor rosado. Su cuello y sus patas son largos y delgados, y sus patas son pequeñas y ovaladas. Los machos suelen ser más grandes que las hembras, y suelen pesar entre 2,5 y 3 kilos. Las hembras suelen pesar entre 2,5 y 3,5 kilos.
El Havana Brown es un gato elegante, cariñoso y muy inteligente, con una gran personalidad en un paquete de tamaño medio. Tiene un temperamento similar al del siamés, aunque es menos vocal y tiene una voz más suave (y lo que muchos consideran más agradable). Son gatos sociables, adaptables y amistosos que anhelan la compañía humana y no prosperan cuando se les deja desatendidos durante largos periodos de tiempo. Sin embargo, no son insistentes ni exigen demasiado atención.