Muchas personas no se dan cuenta de que tienen un problema de hongos en las uñas y, por lo tanto, no buscan tratamiento. Sin embargo, las infecciones por hongos en las uñas de los pies son un problema común de salud de los pies y pueden persistir durante años sin causar dolor. Esta enfermedad, que se caracteriza por un cambio de color en las uñas de los pies, suele considerarse nada más que una simple mancha. Sin embargo, si no se trata, puede presentar problemas graves.
También conocida como onicomicosis, los hongos en las uñas son infecciones bajo la superficie de la uña, que también pueden penetrar en ella. Las infecciones por hongos en las uñas suelen ir acompañadas de una infección bacteriana y/o por hongos secundaria en la placa de la uña o alrededor de ella, lo que en última instancia puede provocar dificultades y dolor al caminar o correr. Los síntomas pueden incluir decoloración, fragilidad, aflojamiento, engrosamiento o desmoronamiento de la uña.
Un grupo de hongos, llamados dermófitos, atacan fácilmente la uña y prosperan en la queratina, la sustancia proteica de la uña. En algunos casos, cuando estos diminutos organismos se afianzan, la uña puede volverse más gruesa, de color marrón amarillento o más oscura y con mal olor. Pueden acumularse restos bajo la placa de la uña, pueden aparecer con frecuencia marcas blancas en la placa de la uña, y la infección es capaz de extenderse a otras uñas de los pies, a la piel o incluso a las uñas.
Las lesiones en el lecho ungueal pueden hacer que la uña sea más susceptible a todo tipo de infecciones, incluida la infección por hongos. Las personas que padecen enfermedades crónicas, como diabetes, problemas circulatorios o inmunodeficiencias, son especialmente propensas a sufrir hongos en las uñas. Otros factores que contribuyen a ello pueden ser los antecedentes de pie de atleta o la sudoración excesiva.
Puede prevenir las infecciones por hongos en las uñas tomando estas sencillas precauciones:
- Ejercer una higiene adecuada e inspeccionar regularmente los pies y los dedos de los pies.
- Mantener los pies limpios y secos.
- Utilizar zapatillas de ducha en instalaciones públicas siempre que sea posible.
- Corte las uñas en línea recta para que la uña no se extienda más allá de la punta del dedo.
- Utilice polvos de calidad para los pies (talco, no almidón de maíz) junto con zapatos que se ajusten bien y estén hechos de materiales que respiren.
- Evite llevar medias excesivamente ajustadas, que favorecen la humedad. Los calcetines de fibra sintética tienden a «absorber» la humedad más rápidamente que los calcetines de algodón o lana, especialmente en el caso de las personas con un estilo de vida más activo.
- Desinfecte los utensilios de pedicura caseros y no aplique esmalte a las uñas sospechosas de estar infectadas.
Dependiendo del tipo de infección que tenga, los agentes antimicóticos líquidos de venta libre pueden no evitar que una infección por hongos vuelva a aparecer. Es posible que sea necesario prescribir un medicamento tópico u oral, y eliminar la materia y los restos de la uña enferma, un proceso denominado desbridamiento. Nota: consulte a su médico antes de tomar cualquier medicamento.
En casos graves, puede ser necesario un tratamiento quirúrgico para eliminar la uña infectada. La extirpación permanente de una uña crónicamente dolorosa, que no ha respondido a ningún otro tratamiento, permite curar la infección fúngica y evita que vuelva a aparecer una uña deformada.