Infección por Pasteurella multocida |

Actualizada en diciembre de 2019

Las guías de infección por Pasteurella fueron publicadas por primera vez en el J Feline Med Surg 2013; 15: 570-572 por Albert Lloret. La presente actualización ha sido redactada por Tadeusz Frymus.

Sinopsis

Pasteurella spp. forma parte de la flora normal del tracto oral y respiratorio de los gatos. Sin embargo, estas bacterias se aíslan comúnmente de abscesos subcutáneos felinos, piotórax, enfermedades del tracto respiratorio u otras condiciones, generalmente como agente secundario. El diagnóstico no es difícil, ya que Pasteurella crece fácilmente en medios de cultivo bacterianos de uso rutinario. Las penicilinas y los betalactámicos potenciados son antibióticos de primera línea tanto en gatos como en humanos. Los aislados felinos también son muy sensibles a las quinolonas.

Las mordeduras, los arañazos o incluso sólo el contacto cercano pueden transmitir Pasteurella spp. a los humanos. Los signos de infección local pueden aparecer en 3 a 6 horas. Las infecciones graves, la septicemia y la peritonitis pueden producirse en personas inmunocomprometidas y, con menor frecuencia, en personas inmunocompetentes en contacto con gatos. La tenencia de gatos por parte de personas inmunocomprometidas puede conllevar un riesgo.

Propiedades bacterianas

Pasteurella multocida, un cocobacilo pleomórfico gramnegativo, anaerobio facultativo y no formador de esporas, es una bacteria comensal y forma parte de la flora natural de la nasofaringe y del tracto respiratorio superior del gato (Freshwater, 2008; Dolieslager et al, 2011).

Epidemiología y patogénesis

Pasteurella multocida es un patógeno común comensal u oportunista de la cavidad oral y/o del tracto respiratorio de los gatos (Wilson y Ho, 2013). En un estudio se demostró un estado de portador del 90% en los márgenes gingivales (Freshwater, 2008). La bacteria puede estar implicada en la enfermedad en casos de infección preexistente o coinfección con otros agentes, así como secundaria a traumatismos, inmunosupresión u otros factores predisponentes.

Se han asociado varias especies de Pasteurella con infecciones humanas, P. multocida subsp. multocida, P. canis, P. multocida subsp. septica, P. multocida subsp. gallicida, P. stomatis y P. dagmatis (Garniere et al, 1993; Wilson y Ho, 2013).

Presentación clínica

Enfermedad en gatos

Pasteurella multocida es uno de los patógenos más frecuentes en heridas cutáneas infectadas y abscesos subcutáneos (Roy et al., 2007). También es una bacteria común implicada en las infecciones del tracto respiratorio. Un análisis reciente de bacterias aisladas de 231 pacientes felinos que sufrían infecciones del tracto respiratorio en diferentes países europeos reveló que el organismo más comúnmente encontrado era P. multocida (36,4 % de todos los aislados) (Moyaert et al., 2019). También es una de las bacterias comunes que causan piotórax en los gatos (Ottenjann et al., 2008; Barrs et al., 2005; Walker et al., 2000). Pasteurella se ha asociado con el empiema espinal y la meningoencefalomielitis (Messer et al., 2006; Granger et al., 2007). La infección por Pasteurella spp. también puede ser el resultado de la cateterización urinaria en la obstrucción uretral felina (Cooper et al., 2019).

Diagnóstico

El diagnóstico se realiza a partir del cultivo bacteriano de tejidos o secreciones infectadas. Pasteurella crece fácilmente en los medios de agar chocolate y sangre de oveja, pero no crece en el agar MacConkey, el medio habitual para las bacterias Gram negativas. Las cepas suelen ser catalasa, oxidasa, indol y sacarosa positivas.

Tratamiento y prevención

Las penicilinas y los betalactámicos potenciados (amoxicilina-clavunalato potásico) son antibióticos de primera línea para el tratamiento de las infecciones por Pasteurella (Roy et al., 2007; Freshwater, 2008; Pérez García et al., 2009). También están indicadas las quinolonas, las cefalosporinas y los macrólidos modernos (Freshwater, 2008). Los 84 aislados de P. multocida procedentes de gatos que sufrían infecciones del tracto respiratorio en Europa eran totalmente susceptibles a la pradofloxacina, y también muy susceptibles a la enrofloxacina y la marbofloxacina (Moyaert et al., 2019). En Canadá, casi el 100% de los 309 aislados felinos fueron sensibles al trimetoprim-sulfametoxazol, la penicilina, la enrofloxacina, la doxiciclina, la cefovecina, la cefalexina, la amoxicilina-clavulánico y la ampicilina, sin embargo, solo el 66% a la gentamicina, el 46% a la amikacina y el 36% a la eritromicina (Awosile et al., 2018). En los casos graves, la decisión terapéutica debe basarse en las pruebas de susceptibilidad a los antibióticos.

Potencial zoonótico

Las infecciones graves suelen observarse en niños, mujeres embarazadas, pacientes con tratamiento inmunosupresor crónico y personas inmunocomprometidas. La enfermedad hepática crónica y la cirrosis conllevan un riesgo especial de sepsis y peritonitis por Pasteurella spp. (Adler et al., 2011; Hey et al., 2012). Aunque la enfermedad grave suele aparecer en personas inmunocomprometidas, alrededor de un tercio de los pacientes septicémicos eran individuos previamente sanos (Kimura et al., 2004).

Las mordeduras de gato se infectan con frecuencia (entre el 20 y el 80%), y P. multocida es la bacteria que se cultiva con más frecuencia a partir de heridas de mordeduras infectadas (Freshwater, 2008; Bula-Rudas et al., 2018). Además de las mordeduras, arañazos y lametones, el contacto cercano también ha sido suficiente para la infección. La inhalación de gotas de secreción del tracto respiratorio superior es una posible fuente de infección (Kimura et al., 2004).

La infección por P. multocida suele producir celulitis y/o abscesos en el lugar de la mordedura o el arañazo, normalmente entre 3 y 6 horas después de la inoculación (Westling et al., 2000; Pérez García et al., 2009). Ocasionalmente, la infección local puede progresar a fascitis necrotizante, artritis séptica y osteomielitis (Layton, 1999).

La infección respiratoria, la neumonía y la bronconeumonía también son frecuentes, sobre todo en pacientes con enfermedad pulmonar preexistente (Pérez García et al, 2009).

Menos frecuentemente, una infección diseminada puede producir septicemia, que puede conducir a un shock séptico, meningitis, endocarditis, peritonitis, artritis y otras consecuencias graves (Pérez García et al, 2009).

Se ha descrito una peritonitis por Pasteurella a través de un catéter de diálisis tras el contacto con un gato (Rondón-Berrios y Trebejo-Núñez, 2010; Sol et al, 2012).

La alta prevalencia de la bacteria es una indicación para el uso de terapia antibiótica profiláctica (amoxicilina con ácido clavulánico) después de una mordedura de gato (Freshwater, 2008; Wilson y Ho, 2013).

Agradecimientos

El ABCD Europe agradece el apoyo de Boehringer Ingelheim (patrocinador fundador del ABCD) y de Virbac.

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