La diferencia entre la artritis y el túnel carpiano

Usted depende del uso de sus manos para casi todo lo que hace a diario. Pero cuando tienes dolor y molestias constantes en las manos y las muñecas, estas tareas sencillas se vuelven más difíciles e incómodas.

Dos grandes culpables de este tipo de dolor son el síndrome del túnel carpiano y la artritis reumatoide (AR), afecciones infames por el dolor y las molestias que causan en manos y muñecas. Dado que ambas provocan un tipo de dolor similar, pueden confundirse fácilmente. Sin embargo, estas afecciones no están relacionadas. El síndrome del túnel carpiano y la AR son claramente diferentes en cuanto a sus causas y a su tratamiento.

¿Qué es el síndrome del túnel carpiano?

El túnel carpiano se encuentra en el lado de la palma de la muñeca, rodeado de huesos y ligamentos. Protege el nervio principal de la mano, conocido como nervio mediano, así como los nueve tendones que doblan los dedos. El nervio mediano proporciona sensibilidad a la parte de la palma del pulgar y los dedos, excepto el meñique. También proporciona señales nerviosas para mover los músculos alrededor de la base del pulgar.

El síndrome del túnel carpiano se deriva de cualquier cosa que aglomere, irrite o comprima el nervio mediano, como una fractura de muñeca, hinchazón o inflamación. Esta afección provoca hormigueo y entumecimiento en los dedos y la mano, a menudo cuando se sujeta el volante, el teléfono o el periódico. Esta sensación puede incluso despertarle mientras duerme y puede extenderse desde la muñeca hasta el brazo.

Cuando los afectados por el síndrome del túnel carpiano experimentan esta sensación, suelen «sacudir» las manos para aliviar este síntoma. Este trastorno suele comenzar de forma gradual, con el entumecimiento y el hormigueo yendo y viniendo. A medida que avanza, la sensación de entumecimiento puede llegar a ser constante.

Con el síndrome del túnel carpiano, también puede sentir debilidad en la mano y tener tendencia a dejar caer las cosas que sostiene. Este síntoma puede estar causado por el entumecimiento o la debilidad del nervio pellizcador del pulgar, que está controlado por el nervio mediano.

En los casos leves de este trastorno, puede aliviar las molestias haciendo pausas frecuentes para descansar las manos, evitar las actividades que empeoren los síntomas e incluso sujetar compresas frías para reducir cualquier hinchazón. Si esto no alivia los síntomas en unas pocas semanas, el médico puede recomendar otras opciones, como la colocación de una férula en la muñeca, medicamentos o cirugía, dependiendo del grado de avance del trastorno.

¿Qué es la artritis reumatoide?

La artritis reumatoide es un trastorno autoinmune caracterizado por una inflamación crónica, que suele afectar a las pequeñas articulaciones de las manos y los pies. Esta enfermedad no está causada por el desgaste, sino que se produce cuando el sistema inmunitario ataca por error los tejidos del propio cuerpo. En concreto, se dirige al revestimiento de las articulaciones, lo que provoca una dolorosa inflamación que puede causar graves problemas articulares.

Los síntomas de la AR incluyen:

  • Rigidez por la mañana que puede durar horas
  • Articulaciones sensibles, calientes e hinchadas
  • Nódulos reumatoides, protuberancias firmes de tejido bajo la piel de los brazos
  • Fiebre, fatiga y pérdida de peso.
    • En sus primeras etapas, la AR suele afectar primero a las articulaciones más pequeñas, especialmente las que unen los dedos a las manos y los dedos de los pies a los pies. A medida que avanza, estos síntomas suelen extenderse a las muñecas, las rodillas, los tobillos, los codos, las caderas y los hombros.

      En algunos casos, la inflamación e hinchazón de la AR puede llegar a causar el síndrome del túnel carpiano.

      Aunque no existe una cura para la AR, hay medicamentos que reducen la inflamación de las articulaciones para aliviar el dolor y ralentizar el daño articular. Si tiene AR, su reumatólogo puede recomendarle terapia ocupacional o física para que aprenda a proteger sus articulaciones y mantenerlas flexibles. Si la AR daña gravemente las articulaciones, puede ser necesaria la cirugía.

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