No hacer daño (inofensividad). No desear el daño a ninguna criatura viva, ni siquiera a ningún objeto sin vida. Ahimsa se refiere a la intención, más que a la acción en sí. Es una actitud de benevolencia universal.(1)
En el hinduismo ortodoxo
El místico hindú Patanjali escribió una escritura llamada los Yoga Sutras, donde describe los yamas (restricciones, o lo que uno no debe hacer) y los niyamas (observancias, o lo que uno debe hacer). Ahimsa es el primero de los yamas. Los Yoga Sutras dicen que una vez que se domina ahimsa, incluso los animales salvajes y los criminales feroces se volverán mansos e inofensivos en nuestra presencia.
Tradicionalmente, ahimsa se entiende como que una persona no debe matar. Por eso el vegetarianismo está tan extendido en la India.(2) Algunos hindúes creen que no se debe matar ni dañar nada ni siquiera para salvar la propia vida. (3)
El término fue popularizado en los tiempos modernos por Mahatma Gandhi. Mediante la resistencia no violenta condujo a la India a la emancipación política de Gran Bretaña.(4)
El significado más profundo de Ahimsa según Swami Kriyananda
«Ahimsa, bien entendida, es el arma definitiva; convierte al enemigo en amigo, desterrando así la posibilidad de nuevos conflictos. En la práctica del yoga, es importante comprender que la misma vida fluye por las venas de todas las criaturas.» – Swami Kriyananda
A lo que Patanjali se refería, esencialmente, era a la actitud de la mente, más que a los actos literales del cuerpo. Es la actitud de uno la que puede conducirlo hacia la liberación, o mantenerlo en una mayor esclavitud. Una actitud de inofensividad (y su corolario, un sentimiento de benevolencia universal) es lo que se entiende por ahimsa.
El principio de ahimsa debe entenderse de forma sutil, no sólo en bruto. Perjudicar a alguien en lo más mínimo, aunque sea por falta de respeto, perjudicará tanto a la persona que realiza la acción como a la que la recibe. La práctica perfecta de ahimsa, entonces, es muy rara. Porque aunque no muchas personas matarían realmente a sus semejantes, es común encontrar a personas que se golpean unas a otras con palabras airadas, o con miradas despectivas.(3)