Las pruebas hepáticas anormales ocurren en el 3-5% de los embarazos y presentan muchas causas diferentes. Aunque las alteraciones de las enzimas hepáticas podrían ser un fenómeno fisiológico, también pueden reflejar una posible lesión hepática grave, que requiere una evaluación adicional y un manejo preciso. La evaluación debe tener en cuenta las enfermedades hepáticas específicas del embarazo y las lesiones hepáticas no relacionadas con el embarazo (coincidentes y preexistentes al embarazo).
Las enfermedades hepáticas preexistentes durante el embarazo son relativamente infrecuentes, ya que las mujeres embarazadas suelen ser jóvenes y sanas. Las enfermedades hepáticas exclusivas del embarazo son la colestasis intrahepática del embarazo, el síndrome HELLP (hemólisis, enzimas hepáticas elevadas, plaquetas bajas) y el hígado graso agudo del embarazo. Estos trastornos pueden provocar sufrimiento fetal, daño hepático grave y, en ocasiones, insuficiencia hepática; por estos motivos, el diagnóstico y el tratamiento deben ser muy rápidos.
Esta revisión se centra en el manejo de las mujeres embarazadas con pruebas de función hepática alteradas. Además, se describen las principales enfermedades hepáticas específicas del embarazo.