La masacre de Chicago: Richard Speck

Creciendo en la zona rural de Texas, Richard Speck sufre abusos físicos, psicológicos y posiblemente sexuales por parte de su padrastro. Convertido en un delincuente en su adolescencia, Speck es eventualmente sentenciado a terapia psiquiátrica, la cual evita tomando un tren para salir de la ciudad. Posteriormente, Speck se casa con una mujer llamada Sissy, que le abandona debido a los violentos y denigrantes malos tratos que le da. Tras el divorcio, Speck se traslada a Chicago, donde conoce a una estudiante de enfermería llamada Sharon. Una noche de 1966, Speck, embriagado y necesitado de dinero para un viaje a Nueva Orleans, irrumpe en la residencia de Sharon con la intención de robarle a ella y a sus ocho compañeras. Speck experimenta un brote psicótico durante el robo y acaba violando y torturando a Sharon y a siete de las otras mujeres; la única superviviente, Sondra Azano, sobrevive a la noche escondiéndose debajo de una cama.

Speck pasa los días siguientes entrando y saliendo de moteles y bares en estado de embriaguez, y en un momento dado confiesa sus crímenes a una prostituta, a la que luego agrede. Los agentes que acuden a los disturbios, sin saber que Speck es buscado por asesinato en masa, se limitan a confiscar su arma de fuego. Speck acaba en un albergue de mala muerte, donde intenta suicidarse cortándose las venas. Speck sobrevive y es hospitalizado. Mientras trata a Speck, un médico se da cuenta de que es el asesino que busca la policía tras detectar el tatuaje «Born to Raise Hell» en el brazo de Speck.

Speck es puesto bajo arresto, y es identificado en el hospital por Sondra. Inicialmente se le da la pena de muerte por sus crímenes, la sentencia de Speck se reduce a 400-1200 años, a cumplir en el Centro Correccional de Joliet. Speck se niega a asistir a ninguna de sus audiencias de libertad condicional, no coopera en la terapia y se resigna a pasar el resto de su vida entre rejas, donde muere de un ataque al corazón en 1991. Cuatro años después, se filtró un vídeo en el que Speck (que tiene los pechos crecidos debido a las hormonas femeninas de contrabando que ha estado tomando) se drogaba y bromeaba con su compañero de celda y amante. En las imágenes, Speck, que se encuentra en estado de embriaguez, declara en un momento dado: «Si supieran lo bien que me lo estoy pasando aquí, me dejarían libre».

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