La Fundación Nacional del Síndrome de Reye (NRSF), el Cirujano General de EE.UU., la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) y los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades recomiendan que no se dé aspirina y/o productos que contengan aspirina a ninguna persona menor de 19 años durante una enfermedad que cause fiebre.(1-3) Si una mujer está amamantando o dando el pecho a un niño, la NRSF y el Grupo de Trabajo sobre Lactancia Humana de la Organización Mundial de la Salud (OMS) consideran que la ingesta de aspirina por parte de las madres lactantes no es segura.(1,4) Basan sus recomendaciones en el hecho de que un bebé lactante puede recibir entre un 4 y un 8% de la dosis de la madre y que la exposición continuada a pequeñas dosis puede provocar una acumulación de aspirina en el cuerpo del bebé.(1,4,5)
Otros grupos profesionales, como el Comité de Fármacos de la Academia Americana de Pediatría (AAP), consideran que la aspirina y el ácido 5-aminosalicílico son «fármacos que se han asociado a efectos significativos en algunos lactantes y que deben administrarse a las madres lactantes con precaución».(6) Esta recomendación se basa en que el 5-ASA provoca diarrea y en que la aspirina provoca acidosis metabólica. Otros textos de referencia también indican que la aspirina no debe ser utilizada por una madre cuyo hijo lactante tenga una enfermedad vírica activa debido a la pequeña posibilidad de que el niño pueda desarrollar el síndrome de Reye.(7) Aunque existen datos contradictorios sobre la cantidad de exposición a la aspirina de un bebé lactante con casos individuales de pacientes, un estudio que evaluó a 8 mujeres lactantes que tomaron 1 gramo de aspirina encontró que las concentraciones medias de salicilato en la leche eran de 2,4 mg/mL a las 3 horas y las concentraciones medias de ácido salicílico en la leche eran de 10,2 mg/L a las 9 horas.(8-10) Los autores sugirieron que estos niveles se traducían en una dosis relativa para el bebé del 9,4% de la dosis materna.10 Debido a los datos disponibles, se asignó a la aspirina una categoría de riesgo para la lactancia de L3, que se designa como «moderadamente segura».(7)
Las características de un medicamento que facilitan su capacidad de pasar a la leche materna incluyen:
- Capacidad de alcanzar concentraciones plasmáticas elevadas en la madre lactante
- Tener un peso molecular bajo, definido como inferior a 500 aproximadamente
- Tener un bajo grado de unión a proteínas
- Capacidad de pasar al cerebro con facilidad o tener un mayor grado de lipofilia.(7)
Se sabe que la aspirina cumple con un par de estas características que probablemente contribuyen a parte de su presencia en la leche materna, con su peso molecular de 179 g/mol y su alta solubilidad en lípidos.(11) La dosis relativa para el lactante no sólo tendrá en cuenta estas características, sino que también estará influida por la dosis ingerida por la madre, el momento de la administración en relación con la lactancia y la frecuencia de la administración durante la misma.
A pesar de las recomendaciones anteriores de las agencias reguladoras, organizaciones profesionales y otros recursos de referencia, no conocemos ningún caso documentado de síndrome de Reye en un bebé lactante que reciba leche materna de una madre que también haya tomado aspirina. No obstante, debido a la gravedad del síndrome de Reye, la presencia de aspirina en la leche materna y la disponibilidad de otras opciones analgésicas además de la aspirina, sería prudente evitar el uso de cualquier aspirina o derivado de la aspirina mientras se amamanta a un bebé que también sufre una infección vírica.