Los bebés son uno de los grupos de alto riesgo de intoxicación alimentaria que incluye a otros como los ancianos, las personas con sistemas inmunitarios débiles y las mujeres embarazadas.
Todos estos grupos tienen una mayor probabilidad de contraer una intoxicación alimentaria; además, si lo hacen, es probable que desarrollen una versión más grave y con riesgo de complicaciones.
El sistema inmunitario inmaduro de un bebé
Los bebés están en riesgo debido a que tienen un sistema inmunitario poco desarrollado que es incapaz de luchar contra las enfermedades y las infecciones. Por el contrario, un adulto tiene un sistema inmunitario totalmente funcional que, con el paso de los años, ha desarrollado suficiente inmunidad para combatir cualquier germen o bacteria.
Los bebés empezarán a desarrollar su inmunidad a medida que se desarrollan, debido al contacto diario con los gérmenes a través de las actividades y el contacto cotidiano. Tan pronto como se encuentren con un germen, su sistema inmunológico lo combatirá, lo que inicia el proceso de desarrollo de la inmunidad.
Pero si este germen o bacteria es demasiado potente -o se ha multiplicado en gran medida-, entonces sobrepasará su sistema inmunológico y causará una infección.
En esos casos será necesario un tratamiento médico.
Tipos de intoxicación alimentaria en bebés
Los bebés pueden desarrollar los mismos tipos de intoxicación alimentaria que los adultos. Están causadas por bacterias y virus, por ejemplo, la salmonela, la bacteria ecoli y campylobacter o el norovirus.
Causas de la intoxicación alimentaria en los bebés
La intoxicación alimentaria se produce si un bebé ha comido algo que está contaminado por bacterias como e coli; ha bebido agua no tratada o infectada; ha tocado un objeto, como un juguete, que ha estado en contacto con otro bebé infectado; o ha manipulado suciedad o tierra que contiene heces de animales infectados.
Síntomas de la intoxicación alimentaria
Los síntomas de la intoxicación alimentaria pueden desarrollarse en tan sólo dos horas tras la exposición a alimentos o agua contaminados.
Incluyen:
- Fiebre
- Escalofríos
- Irritabilidad
- Lloro persistente
- Dolor de estómago/calambres
- Náuseas
- Vómitos
- Diarrea (puede ser acuosa,contener mucosidad o sangre)
- Ojos hundidos
- Boca y labios secos
- Fatiga/pérdida de energía
- Falta de elasticidad en la piel
- La fontanela (zona blanda en la parte superior del cuero cabelludo) puede estar hundida.
- Imposibilidad de producir lágrimas al llorar
- Piel pálida
- Latidos cardíacos rápidos
- Dedos de las manos/dedos de los pies fríos
Pueden ir acompañados de escalofríos, dolores y cefalea.
La mayoría de los casos de intoxicación alimentaria desaparecen en pocos días, pero si persiste, empeora o ha dado lugar a complicaciones como la deshidratación, hable con su médico de cabecera.
Si cree que su bebé ha sufrido una intoxicación alimentaria y no está segura de si debe tratarla usted misma o buscar atención médica, pida consejo a su médico de cabecera o visitador médico.
Diagnosticar una intoxicación alimentaria en los bebés
Esto no es fácil de hacer debido a que los bebés son propensos a todo tipo de enfermedades e infecciones, muchas de las cuales tienen síntomas similares a los de la intoxicación alimentaria.
Un ejemplo de esto es un virus estomacal (o gripe gástrica) que tiene síntomas similares a la intoxicación alimentaria. Estos incluyen dolores abdominales, náuseas, fiebre, vómitos y diarrea.
Su médico de cabecera le pedirá una muestra de heces de su bebé. Esto implica la recogida de una pequeña muestra de sus heces que se envía para su análisis en el laboratorio. Este análisis permitirá determinar qué bacterias (o virus) son los responsables de la intoxicación alimentaria.
Esto ayudará a su médico de cabecera a diseñar un tratamiento.
Tratamiento de la intoxicación alimentaria en bebés
Si su bebé tiene una forma leve de intoxicación alimentaria, su médico de cabecera le aconsejará que reduzca su temperatura, le dé de beber muchos líquidos (posiblemente con un polvo de rehidratación oral) y se asegure de que descanse mucho.
Puede darle ibuprofeno si tiene fiebre, pero no le dé aspirina, ya que puede provocar el síndrome de Reye, una enfermedad grave y potencialmente mortal.
Una vez que los síntomas de su bebé hayan empezado a remitir, puede volver a introducir bebidas como la leche y alimentos, aunque debe evitar los alimentos grasos y azucarados.
Asegúrese de que su bebé está bien hidratado.
Complicaciones de la intoxicación alimentaria en bebés
El principal riesgo es la deshidratación.
La deshidratación es una condición causada por la pérdida excesiva de líquidos del cuerpo, a menudo como resultado de vómitos o diarrea. Esto es grave para un adulto, pero aún más para un bebé debido a su pequeño tamaño y a la menor cantidad de líquidos en comparación con un adulto.
Por lo tanto, son menos capaces de hacer frente a la deshidratación que un adulto.
Los signos de deshidratación incluyen:
Contacte con su médico de cabecera si sospecha que su bebé tiene deshidratación. Los casos graves requerirán el ingreso en el hospital para la rehidratación mediante un goteo intravenoso.
La deshidratación es el principal riesgo, pero hay otros que incluyen el síndrome hemolítico-urémico.
Descubra más sobre esta y otras condiciones médicas en nuestra sección de complicaciones de la intoxicación alimentaria.
Es imposible prevenir todos los casos de intoxicación alimentaria. Los bebés y los niños pequeños son propensos a esta y otras infecciones similares, así que acepte que ocurrirá en alguna ocasión.
Sin embargo, hay formas de reducir este riesgo.
Visite nuestra sección de prevención de intoxicaciones alimentarias para obtener más información.