Los partidos de baloncesto de la NCAA se dividen en dos tiempos de 20 minutos, con periodos de tiempo extra de cinco minutos si el marcador está empatado al final del reglamento. Cada falta cometida en la pista se cuenta contra un jugador individual y contra el equipo infractor, según las reglas del juego. En última instancia, un jugador puede ser sancionado con la expulsión del juego con demasiadas faltas personales (cinco), mientras que el tipo y el número de tiros libres que se lanzan después de una falta pueden depender del número de faltas del equipo. El recuento de faltas personales se aplica a todo el partido, mientras que las faltas de equipo se restablecen en el descanso.
Tipos de faltas
El juego del baloncesto tiene un número de diferentes tipos de faltas. Las faltas personales comunes son las que se cometen en el flujo del juego por un jugador contra otro. Las faltas técnicas suelen cometerse fuera del flujo del juego, pero se diferencian en técnicas directas por conducta antideportiva y técnicas indirectas por cosas como pedir tiempo muerto cuando el equipo se ha quedado sin él o colgarse del aro tras un mate. Las faltas flagrantes e intencionadas también forman parte del juego. Todas las faltas, excepto las faltas técnicas indirectas, también cuentan como faltas de equipo.
Las primeras seis faltas
Las primeras seis faltas de equipo en cada mitad se tratan de forma diferente a las que siguen después de que un equipo llegue a las siete faltas de equipo. Un jugador que recibe una falta en el acto de lanzar el baloncesto en cualquier momento del partido recibe dos tiros libres, o tres si está detrás de la línea de tres puntos. Si se comete una falta no relacionada con el tiro antes de que un equipo llegue a siete faltas de equipo, el equipo al que se le cometió la falta sacará el balón fuera de los límites. No se recompensan los tiros libres. Las faltas técnicas, las faltas intencionadas y las faltas flagrantes siempre envían a un equipo a la línea de tiros libres para realizar dos lanzamientos.
El bonus
La séptima falta de equipo en cualquiera de las dos mitades de un partido otorga al equipo contrario el derecho a lanzar tiros libres, independientemente de si la falta se cometió contra un jugador que estaba lanzando o no. Cuando un equipo comete sus séptimas, octavas y novenas faltas en cualquiera de las dos mitades, el otro equipo lanza un uno y uno. Esto significa que el jugador puede lanzar un tiro libre y, si lo consigue, puede lanzar un segundo tiro. Si falla el primer tiro, el balón queda vivo y el rebote puede ser tomado por cualquiera de los dos equipos. La doble bonificación entra en juego a partir de la décima falta de la mitad. Una vez que esto ocurre, cada falta subsiguiente de ese equipo da lugar a dos tiros libres para el equipo contrario.
A efectos de contabilizar las faltas del equipo, cuando hay un periodo de tiempo extra o múltiples periodos, se consideran una extensión de la segunda mitad.