La Comisión de Protección del Medio Marino del Báltico
El Báltico es un mar joven, y es uno de los más extraordinarios del mundo, por la belleza y variedad del entorno marino y sus paisajes circundantes.
Desde la última Edad de Hielo, estas aguas han sido en diferentes momentos un amplio estrecho, una gran bahía, un lago y ahora un mar interior conectado con el océano abierto sólo por estrechos. El intercambio de agua con el océano abierto es lento, y la salinidad varía considerablemente tanto entre las distintas aguas como a lo largo del tiempo.
No obstante, el Báltico alberga muchas especies de plantas, animales y microorganismos en una gran variedad de hábitats diferentes. La mayoría de ellas están en peligro debido a la actividad humana, y se cree que muchas poblaciones de peces están ahora peligrosamente bajas. Entre las principales amenazas se encuentran:
- la eutrofización causada principalmente por el exceso de nitrógeno y fósforo en el agua
- la contaminación por sustancias peligrosas, por ejemplo, plaguicidas, metales pesados & los residuos industriales
- la destrucción del hábitat
- el uso de equipos de pesca perjudiciales y
- la introducción de especies exóticas invasoras.
En 1974 los Estados del Mar Báltico firmaron el Convenio sobre la Protección del Medio Marino de la Zona del Mar Báltico, también conocido como Convenio de Helsinki, que fue sustituido casi dos décadas después, por el nuevo Convenio sobre la Protección del Medio Marino de la Zona del Mar Báltico firmado en 1992.
Ese mismo año (1992) se creó el Programa de Acción Medioambiental Integral Conjunto del Mar Báltico (PCC). HELCOM es el órgano de coordinación del Convenio de Helsinki y del Plan de Acción. En 2004 se adoptó una estrategia actualizada en materia de sustancias peligrosas.
Además, en 2001 se firmó la Declaración de Copenhague de HELCOM para garantizar la seguridad de la navegación y una rápida respuesta nacional y transnacional a los incidentes de contaminación marítima.
En 2003, una reunión ministerial de la HELCOM decidió que todas las acciones de la HELCOM debían basarse en un «enfoque ecosistémico» para la gestión de las actividades humanas.
Además, al estar atravesado por algunas de las rutas marítimas más transitadas del mundo, el Báltico sigue estando permanentemente amenazado por incidentes de contaminación marítima.