Los tumores del ojo y de los tejidos cercanos (conocidos colectivamente como órbita) pueden ser tumores benignos (no cancerosos) como los quistes dermoides pero también pueden ser tumores malignos como el rabdomiosarcoma y el retinoblastoma.
El tumor más común del párpado es el carcinoma de células basales. Este tumor puede crecer alrededor del ojo pero rara vez se extiende a otras partes del cuerpo. Otros tipos de cánceres de párpados comunes son el carcinoma escamoso, el carcinoma sebáceo y el melanoma maligno.
El tumor intraocular primario maligno más común en adultos es el melanoma uveal. Estos tumores pueden aparecer en la coroides, el iris y el cuerpo ciliar. Estos últimos se denominan a veces melanoma del iris o del cuerpo ciliar.
El tumor intraocular maligno más frecuente en los niños es el retinoblastoma. Afecta a unos 325 niños al año en Norteamérica, y su detección precoz ha permitido curas superiores al 95%. Otro tipo que se presenta con frecuencia en los niños es el meduloepitelioma (también llamado diquitoma), que puede aparecer en el cuerpo ciliar y en la úvea.
El tumor maligno orbital más común es el linfoma orbital. Este tumor puede diagnosticarse mediante biopsia con análisis histopatológico e inmunohistoquímico. A la mayoría de los pacientes con linfoma orbitario se les puede ofrecer quimioterapia o radioterapia.
Los quistes dermoides orbitarios son coristomas benignos que suelen encontrarse en la unión de las suturas, más comúnmente en la sutura fronto-cigomática. Los quistes dermoides orbitarios grandes y profundos pueden causar efectos de presión en los músculos y el nervio óptico, lo que provoca diplopía y pérdida de visión.