Pannus en perros

Cómo manejar el Pannus en su pastor alemán

Resumen

El Pannus (queratitis superficial crónica) es una enfermedad inflamatoria de la córnea del perro, o parte delantera del ojo, que empeora con el tiempo, y suele afectar a ambos ojos al mismo tiempo. El tejido cicatrizal y los vasos sanguíneos invaden lentamente la córnea del ojo desde el rabillo y pueden ennegrecerlo en los casos graves.

Los expertos creen que está causada por una respuesta inmunitaria desconocida que aumenta su gravedad con la exposición a altos niveles de luz solar ultravioleta (UV). Se observa con mayor frecuencia en pastores alemanes de mediana edad, tervurens belgas, huskies siberianos y galgos, pero puede darse en otras razas de perros. Si no se trata, esta enfermedad puede acabar provocando ceguera.

Causas

La causa directa del pannus es desconocida, pero hay algunos factores que contribuyen:

1. Una mayor incidencia en ciertas razas indica un componente genético de la enfermedad.

2. La gravedad de la enfermedad aumenta con la exposición a la luz ultravioleta y/o a grandes altitudes. Ocurre con mayor frecuencia en los perros que viven en las Montañas Rocosas y en el suroeste (Arizona, Nuevo México, etc.)

3. Se cree que la queratitis superficial crónica es una enfermedad autoinmune. Esto significa que el cuerpo del perro responde de forma equivocada y ataca los tejidos de la córnea como algo extraño.

4. Hay algunas pruebas de que los irritantes en el aire y los problemas oculares subyacentes también pueden contribuir a esta enfermedad, como el entropión, o los párpados girados hacia dentro.

Signos y síntomas

El pannus suele comenzar en el borde de la esquina de la córnea, avanza hacia el interior y puede extenderse por todo el ojo dando lugar a la ceguera en los casos no tratados y graves. Si su perro desarrolla pannus, puede mostrar los siguientes signos y síntomas:

1. Ojos rojos e inyectados en sangre.

2. Lagrimeo y llanto excesivos.

3. Una película rosa-grisácea que cubre los ojos.

4. Coloración de la córnea, normalmente marrón oscura o negra.

5. Nubosidad opaca del ojo.

6. Engrosamiento y pérdida de color del tercer párpado.

7. Aunque la enfermedad se produce en ambos ojos, cada ojo puede estar en una fase diferente de la enfermedad.

Diagnóstico

El diagnóstico de pannus se basa normalmente en los síntomas clínicos y en el historial médico de su perro. Para hacer un diagnóstico completo de la condición ocular de su perro, su veterinario también realizará un examen físico completo y un examen ocular. Además, él / ella puede realizar una o más de las siguientes pruebas de diagnóstico para descartar cualquier otra enfermedad ocular:

(Foto de: Joel Mills)

1. Tinción fluorescente del ojo (descarta laceraciones y úlceras en la córnea).

2. Prueba de la lágrima de Schirmer (mide la producción de lágrimas).

3. Obtener una muestra de la córnea y/o del revestimiento del ojo (la conjuntiva) para un examen microscópico de las células de la córnea o la conjuntiva.

4. Prueba de la presión detrás del globo ocular .

Su veterinario también puede recomendar ciertos análisis de sangre para ayudar a determinar cualquier problema subyacente. Estos pueden incluir:

1. Recuento sanguíneo completo (CBC) para comprobar: la anemia, la inflamación y la infección.

2. Pruebas químicas para comprobar: los niveles de azúcar en la sangre y las funciones del hígado, los riñones y el páncreas.

3. Pruebas de enfermedades infecciosas, como las de la enfermedad de Lyme, la leptospirosis y la ehrlichiosis.

4. Cultivos bacterianos.

5. Pruebas de PCR.

Terapia y manejo de la enfermedad

Desgraciadamente, no hay cura para el pannus en este momento. Si se detecta a tiempo, el progreso de la enfermedad puede suspenderse y los síntomas pueden controlarse a largo plazo. Sin embargo, la cicatrización y la decoloración de la córnea suelen ser irreversibles. Las estrategias terapéuticas se implementan para revertir la invasión de los vasos sanguíneos en el ángulo y para prevenir una mayor cicatrización y pigmentación de la córnea.

Tipos de terapia:

1. Inmunoterapia tópica: los fármacos inmunosupresores, como el tacrolimus o las gotas oculares de ciclosporina o la pomada ocular pueden mejorar los síntomas. Pueden utilizarse en coordinación con la terapia de corticosteroides. Además, los fármacos inmunosupresores disminuyen la resistencia natural del perro a ciertas infecciones bacterianas, por lo que los antibióticos suelen administrarse junto con la inmunoterapia.

2. Terapia con corticosteroides: inyecciones recurrentes bajo la conjuntiva de los ojos junto con la aplicación continua de colirios o pomadas oculares. Esta es la principal línea de defensa contra la progresión de la enfermedad. La terapia suele tener éxito, pero debe continuarse durante toda la vida. Incluso periodos cortos de interrupción de la terapia, por ejemplo de 2 a 4 semanas, pueden causar una severa recurrencia con efectos devastadores en la visión del perro.

3. Cirugía – En casos de cicatrización y pigmentación severas, la eliminación quirúrgica de una capa superficial (queratectomía superficial) de los ojos afectados puede mejorar la visión. Desgraciadamente, este procedimiento no puede repetirse y la recurrencia de la enfermedad es alta, por lo que este método sigue siendo un último recurso.

4. Radioterapia – La irradiación beta es un último esfuerzo para prevenir el progreso de la enfermedad. Esta terapia sólo se utiliza cuando las terapias medicinales y/o quirúrgicas han fracasado.

Como con cualquier medicamento, existen posibles efectos secundarios. Algunas de las complicaciones de los medicamentos a tener en cuenta son: la inflamación de la conjuntiva (conjuntivitis), la ulceración de la córnea, y la mineralización de la córnea, sólo para nombrar unos pocos.Cualquiera de estas complicaciones puede dar lugar a la ceguera permanente , por lo que es importante que el dueño del perro esté atento cuando su perro se somete a tratamientos médicos para el pannus.

La mayoría de los perros hacen muy bien con los medicamentos tópicos. Algunos perros con casos más graves de pannus pueden necesitar una derivación a un oftalmólogo veterinario autorizado para tratamientos más intensivos.

Perspectiva a largo plazo y prevención

Debido a que no hay cura, el pannus se maneja con terapias sintomáticas. El tratamiento debe mantenerse durante toda la vida del perro y es necesario para mantener la visión.

También se recomienda una exposición limitada a la luz ultravioleta para controlar la enfermedad a largo plazo. Resguardar a su perro mientras está en el exterior; pasearlo en las primeras horas de la mañana, después del atardecer o en zonas de sombra, y mantenerlo en su casa y fuera de la luz solar directa ayudará a mantener la enfermedad bajo control. También hay gafas de sol caninas especiales que pueden utilizarse si su perro tiene que estar al aire libre durante un período prolongado.

Además de seguir estrictamente las terapias a largo plazo prescritas por su veterinario, los exámenes veterinarios regulares y una visita inmediata al veterinario cuando se producen síntomas agudos son necesarios para mantener el pannus bajo control y preservar la vista de su perro.

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«No puedes compartir tu vida con un perro, como yo había hecho en Bournemouth, o con un gato, y no saber perfectamente que los animales tienen personalidad, mente y sentimientos.» – Jane Goodall

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