Un hombre de 60 años presentó una decoloración negruzca del glande del pene durante 2 días después de la relación sexual. También se quejaba de incapacidad para reducir el prepucio a su posición normal tras la retracción que se producía durante el coito. En la exploración, presentaba parafimosis y una mancha necrótica sobre el glande (fig. 1). Las investigaciones descartaron la enfermedad arterial sistémica como causa de la necrosis del pene. La parafimosis se redujo con una suave presión. La escisión del parche necrótico dio lugar a una curación satisfactoria.
La parafimosis suele tratarse mediante una suave reducción de la presión, compresas de hielo, múltiples punciones o mediante un corte dorsal. Hasta ahora no se ha informado de la necrosis del pene que complica la parafimosis. Un único informe de caso menciona la transección casi completa de la uretra como resultado de una parafimosis crónica sin gangrena, que se trató mediante una amputación parcial, aunque la reconstrucción se consideró una opción viable.1 La parafimosis debe tratarse urgentemente para evitar la necrosis del pene, como quedó patente en nuestro caso.