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Discusión

Las infecciones por Gongylonema son raras en los seres humanos, pero suelen producirse como infecciones parasitarias del ganado doméstico y otros animales.8,9 Los animales adquieren la infección al alimentarse de insectos (el huésped intermediario). La ingestión accidental por parte del hombre se produce al consumir un huésped intermedio obligado (partes de escarabajos o cucarachas). Las larvas infecciosas se introducen en la pared del estómago o del duodeno del huésped humano y, tras 60-80 días de desarrollo, migran a la cavidad oral o al esófago.5 El movimiento de las larvas a través de los tejidos orales da lugar a un rastro serpiginoso.10 Nuestra hipótesis es que la adquisición de Gongylonema en nuestro paciente se produjo por el consumo de granos contaminados con cucarachas. La historia de la presencia excesiva de cucarachas durante la temporada de lluvias en su remolque apoya esto, pero los granos fueron desechados antes de que se pudiera hacer el análisis para Gongylonema.

Existe literatura publicada sobre infecciones humanas por Gongylonema. Se describe que los pacientes tienen la sensación de un objeto que se mueve en la boca, y típicamente, como en este caso, los pacientes eliminan los gusanos por sí mismos. La eliminación del parásito suele eliminar la infección.10 Todos los casos descritos describen lesiones orales como el componente principal de la presentación clínica. A menudo no se observan náuseas ni vómitos,3-5 pero algunos de los primeros informes de casos de infección por Gongylonema sí presentaban náuseas.11 Los síntomas orales duraron 7 meses. Las náuseas con vómitos persistieron durante 3 meses, lo que sugiere que el Gongylonema migró al esófago. Aunque no se realizaron estudios endoscópicos, la presencia de Gongylonema en el esófago del ganado y de un burro en Irán está bien documentada.8,9 Recientemente, Huang y otros12 mostraron múltiples infecciones de un esófago humano por Gongylonema mediante endoscopia.

La eficacia de los agentes antihelmínticos es bastante limitada en los estudios con animales,13 y no existe ninguno en humanos para este parásito. El paciente se autoextrajo el gusano de la cavidad oral, tomó 3 días de albendazol y no comió más granos almacenados. Sin embargo, el tratamiento fracasó. La escasa eficacia de este tratamiento estuvo probablemente relacionada con la carga total de nematodos en el tracto oral y digestivo superior. Kudo y otros13 realizaron estudios in vitro e in vivo para evaluar los efectos del tiabendazol, el mebendazol, el levamisol y la ivermectina contra G. pulchrum en ratones. El estudio in vivo demostró que el levamisol, el mebendazol y la ivermectina redujeron la carga de gusanos en un 63%, 22% y 25%, respectivamente, mientras que el tiabendazol no redujo la carga de gusanos. Los gusanos supervivientes se encontraban en el esófago y el resto se distribuía en la mucosa bucal o faríngea. El agente más eficaz fue el levamisol, y el menos eficaz, sin reducción de la carga de gusanos, fue el tiabendazol. El mebendazol fue retirado del mercado estadounidense en 2011. No se probó el albendazol. Ninguno de estos agentes antihelmínticos resultó completamente eficaz para reducir la carga de gusanos a cero. El albendazol fue el agente utilizado en los informes de casos anteriores de gongylonemiasis. La observación de la mejora de las náuseas y los vómitos durante una semana después de un tratamiento de 3 días con albendazol, que fue seguida por una recaída de la gongilonemia (confirmada por una segunda extracción del nematodo), respalda el hallazgo de Kudo y otros13 en ratones de que la eficacia de los agentes antihelmínticos varía in vivo. Esta observación en nuestra paciente también es coherente con los hallazgos en la necropsia de los ratones, donde se encontraron gusanos supervivientes en el esófago y la mucosa faríngea después de 3 días de tratamiento. Los facultativos podrían asignar un tratamiento más prolongado con albendazol a los pacientes que informen de la eliminación de más de un solo gusano para la cavidad oral o el esófago.

En conclusión, la gongilonemiasis humana puede afectar a la cavidad oral y migrar al esófago en los seres humanos, al igual que ocurre en los animales. Los pacientes pueden tener náuseas y vómitos como síntomas principales en la presentación. La carga de gusanos y la duración de la enfermedad sugieren que puede estar indicado el uso de albendazol durante más tiempo.

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