Phil Mickelson ha tenido una carrera apasionante. Su victoria en el Masters de 2010 es probablemente uno de los momentos más memorables de su carrera. No sólo tuvo una victoria triunfal, sino que también fue su tercera chaqueta verde, algo que sólo se había logrado en siete ocasiones. Y lo que es más importante, pudo celebrar la victoria con su mujer, Amy, que había estado luchando contra el cáncer de mama.
Su diagnóstico y lucha comenzaron en 2009. Aunque no la habían visto en 11 meses, Amy Mickelson estuvo allí para recibir a su marido en el hoyo 18 del Masters de 2010.
El temprano diagnóstico y la batalla de Amy Mickelson
En 2009, Amy Mickelson fue diagnosticada con cáncer de mama. Con el temprano diagnóstico, ambos Mickelson se mostraron optimistas, aunque conscientes de que el tratamiento sería difícil. Tras el diagnóstico, Amy se sometió a pruebas para determinar el mejor tratamiento, lo que le llevó casi un año.
Para apoyar a su mujer, Mickelson se tomó una licencia, retirándose de los torneos, con declaraciones de Phil en las que decía que Amy siempre le había puesto a él y a su familia en primer lugar y que le tocaba a él ponerla en primer lugar y afrontar la batalla como un frente unido.
Pero la pareja no estaba sola: todo el mundo del golf se dio cuenta de las acciones de Phil Mickelson y se unió a la pareja, especialmente cuando Amy se sometió a una cirugía mayor y a un tratamiento adicional.