Una mina de potasa
Potasa, que se pronuncia pot-ash, es el término comúnmente utilizado para describir las sales que contienen potasio utilizadas como fertilizante. La mayor parte de la potasa se obtiene del cloruro de potasio (KCl), también conocido como muriato de potasio (MOP). Como fuente de potasio soluble, la potasa es vital para la industria agrícola como nutriente primario de las plantas. La potasa aumenta la retención de agua en las plantas, mejora el rendimiento de los cultivos e influye en el sabor, la textura y el valor nutricional de muchas plantas.
La potasa se fabricaba originalmente lixiviando cenizas de árboles en macetas metálicas. El proceso dejaba un residuo blanco en la maceta, llamado «ceniza de maceta».
La MOP frente a la SOP
La MOP es la potasa más común, representando aproximadamente el 95% de la potasa agrícola en todo el mundo, pero hay varias otras formas. La segunda forma principal de potasa es el sulfato de potasio o Sulfato de Potasa (SOP). ¿Cuál es la diferencia? El SOP es aproximadamente la mitad de potasio y la mitad de cloruro, lo que lo hace útil en aplicaciones en las que el contenido de cloruro del suelo es bajo. Se utiliza en cultivos de hidratos de carbono como el trigo, la avena y la cebada. Además, es rentable en comparación con otros compuestos de potasio.
A diferencia del MOP, que se extrae de las minas, la mayor parte del SOP se produce químicamente. El SOP no contiene cloruro, lo que puede ser una ventaja en situaciones en las que el contenido de cloruro del suelo es alto, por ejemplo, en entornos muy secos. El SOP se considera un fertilizante especial para cultivos como frutas, verduras, patatas, tabaco y frutos secos y, aunque representa un mercado más pequeño que el MOP, tiene un precio superior.
¿De dónde procede la potasa?
La mayor parte de la potasa del mundo procede de Canadá, con los mayores depósitos situados en Saskatchewan y Nuevo Brunswick. Rusia y Bielorrusia ocupan el segundo y tercer lugar entre los mayores productores de potasa. En Estados Unidos, el 85% de la potasa se importa de Canadá, y el resto se produce en Michigan, Nuevo México y Utah. Según el Servicio Geológico de Estados Unidos, el valor de la producción de potasa comercializable en 2013, f.o.b. mina, fue de unos 649 millones de dólares. La industria de los fertilizantes utilizó alrededor del 85% de las ventas de potasa de Estados Unidos, y la industria química utilizó el resto. Más del 60% de la potasa producida era MOP.
La minería de la potasa
Hoy en día, la potasa proviene de la minería subterránea o de la minería de solución. Los depósitos subterráneos de potasa proceden de lechos marinos evaporados. Las máquinas de perforación extraen el mineral, que se transporta a la superficie hasta el molino de procesamiento, donde el mineral en bruto se tritura y se refina para extraer las sales de potasio. Cuando los yacimientos se encuentran a gran profundidad, se utiliza la minería de disolución como alternativa a la minería subterránea tradicional. La minería de disolución utiliza agua o salmuera para disolver minerales solubles en agua, como la potasa, el magnesio u otras sales. Se perforan pozos hasta los depósitos de sal y se inyecta el disolvente en el yacimiento para disolverlo. A continuación, la solución se bombea a la superficie y los minerales se recuperan mediante recristalización.
Lo que ambas técnicas mineras tienen en común es que las empresas que emplean cualquiera de ellas necesitan mejorar la eficiencia operativa y el control de calidad, aumentar la productividad, gestionar los datos y supervisar sus operaciones para que cumplan con las normas de seguridad del producto y del medio ambiente. Los sistemas de gestión de información de laboratorio (LIMS) son la solución ideal para alcanzar estos objetivos. Otras soluciones que mejoran la eficiencia operativa de las minas son los analizadores portátiles de fluorescencia de rayos X (XRF), los productos de pesaje y control de materiales a granel y los analizadores de minerales y sistemas de muestreo.