Qué es el rigor académico y qué hacemos con él?

El término «rigor académico» se ha paseado por los circuitos educativos, pero muchos profesores no están familiarizados con el concepto ni con la forma de apoyar el rigor dentro de su aula. Entender el rigor es esencial para comprender cómo enfocar y medir el aprendizaje de los alumnos. Cuestiona los estándares que exigimos a nuestros estudiantes y reconsidera exactamente lo que consideramos como un verdadero logro.

«Rigor», en el sentido académico, se refiere a esa fina línea entre desafiar y frustrar a un estudiante. Significa que se desafía a los estudiantes a pensar, rendir y crecer a un nivel en el que no se encontraban anteriormente. Significa que los estudiantes deben trabajar, como un atleta en una práctica de equipo, para construir sus habilidades, comprensión y poder de pensamiento para que puedan alcanzar niveles cada vez más altos. Significa que los estándares del curso están calibrados para que los estudiantes se vean obligados a crecer, pero no se sientan frustrados y abrumados en el proceso.

El rigor académico se piensa comúnmente en tres fases diferentes del proceso educativo. La primera es establecer el estándar para los estudiantes; la segunda es equipar a los estudiantes a través de métodos de instrucción y apoyo; la tercera es la demostración de los logros por parte de los estudiantes. Estas tres fases fueron popularizadas por el libro de Barbara Blackburn de 2008 «Rigorous Schools and Classrooms: Leading the Way»

Establecer el estándar

Todos sabemos que hay un cierto estándar de excelencia que implícitamente esperamos de nuestros estudiantes. A veces estos estándares se dejan claros para los estudiantes a través de ejemplos, rúbricas, instrucciones e instrucción. A veces estos estándares están menos definidos. Lo esencial para establecer el grado adecuado de rigor en su aula es asegurarse de demostrar abiertamente a los alumnos cuál es el resultado esperado. He aquí algunas características clave de un aula que comunica los estándares.

  • El ambiente del aula respalda un alto grado de rendimiento de cada estudiante.
  • El profesor cree en el potencial de éxito de cada estudiante y comunica esta creencia.
  • Las lecciones y las tareas están diseñadas para llevar a los estudiantes a los resultados esperados.
  • Los ejemplos de resultados deseados y de resultados no deseados se comparten abiertamente con los estudiantes.
  • Los estudiantes tienen la oportunidad de revisar sus intentos académicos.
  • El profesor formula preguntas de alto nivel que invitan a la reflexión.
  • Las respuestas de alto nivel que invitan a la reflexión son compartidas por los alumnos.
  • El profesor no acepta pensamientos o respuestas de nivel inferior en las discusiones o tareas académicas.

Apoyar el logro riguroso

No sólo es esencial mantener un alto nivel para el éxito del aprendizaje de los estudiantes, sino que los profesores excelentes también deben asegurarse de que están apoyando a todos y cada uno de los estudiantes para avanzar progresivamente hacia el nivel de logro deseado. Los profesores deben asegurarse sistemáticamente de que, sea cual sea el contenido o la habilidad que estén cubriendo, proporcionen los materiales y los patrones de instrucción necesarios. Estos son los signos de un entorno de clase que apoya el progreso de los estudiantes:

  • Las lecciones están sistemáticamente estructuradas de una a otra.
  • Los materiales están organizados de forma consistente para proporcionar claramente las instrucciones y la demostración de la tarea.
  • Las tareas o instrucciones de intervención se utilizan regularmente para asegurar que ningún estudiante se quede atrás.
  • El profesor está disponible para ayudar a los estudiantes individualmente en otros momentos del día.
  • Se comunica a los padres con regularidad en relación con los objetivos académicos del curso.
  • Las herramientas de aprendizaje están codificadas por colores, organizadas gráficamente, reforzadas e interactivas.
  • El contenido se hace relevante y se relaciona con la información de fondo y el interés del estudiante.
    • Validación de los logros

      No es suficiente que los profesores simplemente «enseñen» y esperen que los estudiantes luego «aprendan». El paso final para una verdadera evaluación del rigor académico dentro del aula es que el profesor proporcione a los alumnos varias oportunidades para demostrar su grado de logro en relación con el estándar dado. Aquí hay una variedad de métodos disponibles para permitir que los estudiantes ejemplifiquen su progreso:

      • Un equilibrio de evaluaciones formativas y sumativas proporcionadas intermitentemente.
      • Demostración de los estudiantes medida utilizando una rúbrica u otra herramienta de evaluación basada en el estándar.
      • Los estudiantes tienen la oportunidad de hacer conferencias y revisar el trabajo.
      • Los deberes y las actividades de clase se consideran «práctica».
      • Los estudiantes trabajan de forma independiente o en colaboración en un proyecto determinado.
      • Los alumnos conectan el material con ejemplos y situaciones de la vida real.
      • Los alumnos proporcionan un informe sumativo escrito o hablado.
      • Los alumnos aplican metacognitivamente una variedad de contenidos aprendidos.
      • El rendimiento de los alumnos se compara con los intentos anteriores de los alumnos.
      • Los estudiantes proporcionan respuestas de alto nivel a preguntas de alto nivel.
      • Los estudiantes no se rinden ni se sienten abrumados cuando se enfrentan a los desafíos.
      • Los estudiantes reflexionan sobre su progreso de aprendizaje y sus esfuerzos.

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