Síndrome hipereosinofílico

Vea el artículo separado y general sobre la eosinofilia.

Introducción

El síndrome hipereosinofílico (HES) se define actualmente como un recuento de eosinófilos en sangre >1.5 x 109/L (durante más de seis meses) y daño orgánico asociado en ausencia de causas secundarias; se clasifica dentro del grupo de eosinofilias idiopáticas. Sin embargo, se han propuesto cambios en esta definición basados en estudios recientes que identifican fenotipos celulares y moleculares específicos de la enfermedad. Esto puede tener un significado clínico y terapéutico.

Debido a la creciente disponibilidad de tratamientos, por ejemplo, es poco probable que un paciente se quede sin terapia durante seis meses mientras se producen daños en los órganos. Además, se han descubierto individuos con complicaciones relacionadas con la eosinofilia (por ejemplo, neumonía eosinofílica) que no cumplen los criterios de un nivel de eosinófilos >1,5 x 109/L. Por último, se ha identificado una causa secundaria en algunos pacientes (p. ej., HES asociado a Fip1-like-1 (FIP1L1)/receptor del factor de crecimiento derivado de las plaquetas alfa (PDGFRA)).A pesar de estos avances, la patogénesis molecular sigue siendo desconocida en la mayoría de los casos.

La definición de consenso más actualizada fue publicada por la Conferencia de Trabajo del Año 2011 sobre Trastornos y Síndromes de los Eosinófilos, de la siguiente manera:

  • Criterios de hipereosinofilia en sangre periférica (>0.5-1,5 × 109/L) cumplidos; y
  • Daño orgánico y/o disfunción atribuible a la hipereosinofilia tisular; y
  • Exclusión de otros trastornos o condiciones como razón principal del daño orgánico.
  • Epidemiología
    • La HES es rara en adultos y tiende a ser infradiagnosticada. No existen registros formales de pacientes y la falta de datos publicados dificulta la estimación de la prevalencia.
    • El HES puede presentarse entre los 20 y los 50 años de edad.
    • El HES tiene una preponderancia en los varones (4-9:1).
      • Historia y examen

        El HES sólo puede diagnosticarse una vez que se han descartado las causas secundarias y las eosinofilias clonales. Documente todos los medicamentos, incluidos los remedios a base de hierbas y los medicamentos de venta libre, así como cualquier viaje reciente. Es necesario un examen completo y minucioso, ya que la lista de posibles órganos implicados y las patologías de cada sistema son numerosas.

        Diagnóstico

        El diagnóstico del HES no siempre es sencillo -por ejemplo, diferenciar entre la eosinofilia idiopática con afectación de órganos y la eosinofilia asociada a una vasculitis sistémica. Para diagnosticar la HES, también hay que excluir la eosinofilia clonal, es decir, la proliferación neoplásica de eosinófilos. Esto puede observarse en varias neoplasias mieloides o como leucemia eosinofílica. La exclusión de la eosinofilia clonal suele requerir investigaciones similares a las de cualquier sospecha de neoplasia de la médula ósea (BM), por ejemplo, frotis de sangre periférica, examen de la BM y estudios citogenéticos.

        Si todas estas pruebas son negativas, el diagnóstico más probable es la eosinofilia idiopática, cuya subcategoría más importante es la HES.

        Presentación

        La historia y la exploración deben ser muy completas debido a la naturaleza multisistémica de la HES.

        • Síntomas generalizados: fatiga, dolores, fiebre, sudoración nocturna y prurito.
        • La diarrea es frecuente, así como el dolor abdominal y las náuseas.
        • Otros síntomas dependen del órgano implicado y del grado de afectación; por ejemplo:
          • Cardíacos: dolor en el pecho y disnea.
          • Respiratorios: falta de aire y tos seca.
          • Intolerancia al alcohol con dolor abdominal, rubor y náuseas.

        Afectación orgánica en la HES

        Esta puede ser múltiple y los siguientes son algunos ejemplos:

        • Sangre – trombocitopenia, hipercoagulabilidad.
        • Cardíaca – miocardiopatía, anomalías valvulares, derrame pericárdico, enfermedad tromboembólica.
        • Respiratorio – neumonitis, émbolos pulmonares, derrame pleural e infiltrados eosinófilos.
        • Piel – dermatitis, urticaria, erupciones papulares.
        • Oído, nariz y garganta – sinusitis.
        • Sistema nervioso central – evento cerebrovascular agudo y neuropatía periférica.
        • Tracto gastrointestinal – inflamación del tracto, infarto del intestino secundario a émbolos, esplenomegalia, ascitis, hepatitis, pancreatitis.
        • Neurológico – accidente cerebrovascular agudo, confusión, ataxia, neuropatía periférica.
        • Ojos – epiescleritis, trombos retinianos.

        Investigaciones

        • Consumo de sangre – eosinófilos >1,5 x 109/L (0,5 x 109/L según la nueva definición); también son frecuentes la neutrofilia y la anemia. El recuento de plaquetas puede ser alto o bajo.
        • Peritoneo periférico: los eosinófilos pueden presentar vacuolización citoplasmática e hipersegmentación nuclear y también puede haber eritrocitos nucleados.
        • RSE: suele estar elevada.
        • U&
        • Las pruebas de sangre y de función hepática pueden ser anormales.
        • Ecograma de 12 derivaciones: puede mostrar defectos de conducción u ondas T invertidas.
        • Radiografía de tórax: búsqueda de derrames pleurales.
        • Las pruebas adicionales deben adaptarse a los síntomas y signos que se presentan, por ejemplo, ecocardiograma, imágenes pulmonares adicionales, biopsia del endocardio, de la piel o de la médula ósea.

          Se ha desarrollado un algoritmo para ayudar a diferenciar entre la eosinofilia clonal, las neoplasias hematológicas y la eosinofilia idiopática. Este algoritmo incluye el cribado de la sangre periférica para detectar anomalías genéticas, la citogenética de la médula ósea, el fenotipo de los linfocitos de la sangre periférica y los estudios de reordenación del gen del receptor de células T.

          Manejo

          • La rareza de la HES significa que no hay directrices basadas en la evidencia sobre el manejo. El tratamiento está dirigido a reducir los eosinófilos en los tejidos y en la sangre y a vigilar y restringir el daño a los órganos, por ejemplo, mediante ecocardiografías periódicas y control de la troponina sérica.
          • Los corticosteroides son la primera línea, por ejemplo, prednisolona con hidroxiurea o interferón alfa como agentes de segunda línea. Si éstos también fallan, o los anticuerpos monoclonales, como el mepolizumab (aún no autorizado) y el alemtuzumab, pueden ser útiles.
          • El trasplante alogénico de células hematopoyéticas puede ser una opción de tratamiento en la HES refractaria.
          • Otras medidas genéricas pueden incluir anticoagulantes, y agentes de alivio sintomático – por ejemplo, histaminas y opiáceos. Otros tratamientos dependerán de los órganos implicados -por ejemplo, diuréticos en la insuficiencia cardíaca.

            Pronóstico en el síndrome hipereosinofílico

            • Los factores de buen pronóstico incluyen la respuesta a la prednisolona y la ausencia de síntomas sistémicos.
            • El mal pronóstico se asocia a la anemia, la trombocitopenia y la afectación de órganos en el momento de la presentación.
            • La tasa de supervivencia a los cinco años es del 80%, siendo la insuficiencia cardíaca congestiva la causa más frecuente de muerte.
            • El cambio leucémico es un riesgo en la enfermedad prolongada.
          • La enfermedad es un problema de salud pública.

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