/ VOLVER A TRASTORNO DEL PROCESAMIENTO AUDITORIO
Hay muchos comportamientos que pueden apuntar al TPA.
Los individuos con APD demuestran una pobre capacidad para:
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Dirigir o dividir la atención
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Discriminar diferencias sutiles en los sonidos y las palabras
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Leer, deletrear, escribir, comprender el vocabulario o aprender una lengua extranjera
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Entender el habla rápida
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Oír en entornos ruidosos, entornos sociales
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Reconocer e integrar una secuencia de sonidos en palabras u otras combinaciones
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Recordar y/o comprender información oral
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Entender instrucciones
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Seguir conversaciones largas
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Seguir instrucciones de variospasos
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Mantener la atención en una actividad si hay otros sonidos presentes
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Tomar notas escritas del habla
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Completar problemas matemáticos verbales
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Aprender canciones o rimas
Porque estos síntomas se solapan con otros trastornos, el trastorno de procesamiento auditivo no puede ser diagnosticado sólo a partir de esta lista de síntomas. El trastorno sólo puede ser diagnosticado por audiólogos, que utilizan pruebas que miden funciones específicas de procesamiento auditivo.
Síntomas como la dificultad para escuchar, recordar información o comprender el lenguaje hablado, hacen que el TPA se confunda comúnmente con el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) o la dislexia, pero es distinto de ambos.
En el caso del TDAH y la dislexia, no existe una alteración del procesamiento de la información auditiva en el sistema nervioso central.
Los niños con TDAH tienden a mostrar falta de atención, distracción e hiperactividad en cualquier entorno, mientras que los niños con DPA no suelen tener dificultades para concentrarse y prestar atención en entornos tranquilos.
Aunque los que padecen dislexia también tienen dificultades para memorizar, deletrear, pensar y/o comprender, estas dificultades no se dan por una incapacidad para oír con claridad. A diferencia de la APD, la dislexia es un problema de aprendizaje basado en el lenguaje.